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Hallado el cadáver de una mujer en un pozo de una finca en Fuencarral

La víctima, sin identificar, en avanzado estado de descomposición

El cadáver de una mujer en estado de descomposición fue hallado ayer en un pozo de unos veinte metros en una finca cercana a la carretera Fuencarral-El Pardo. Una pareja que paseaba sobre las 11.30 por la zona avisó a la policía. Los bomberos tardaron tres horas en rescatar el cuerpo semidesnudo de la mujer. El estado del cadáver, que llevaba varios días en el pozo, dificulta su identificación y las causas de la muerte.

Una colina, un almendro en flor, una pequeña piscina, una antigua cancha de tenis y un pozo. Al fondo, la silueta de la gran ciudad. Sobre esta estampa, un penetrante y pútrido olor dominaba el ambiente. Una pareja paseaba ayer por allí, por una pista embarrada conocida como Las Piedras, cuando sobre las 11.30 se asomó al pozo y vio algo extraño flotando en el agua.

La pareja llamó desde su móvil a la Policía Municipal, que dio el aviso a los bomberos y a la Policía Nacional. Los agentes y 12 bomberos se presentaron en la zona, cerca de la carretera Fuencarral-El Pardo, a la altura del restaurante Casa Jaime.

Los bomberos tardaron tres horas en rescatar el cadáver de la mujer. El pozo, de unos 20 metros de profundidad y con unos tres metros de agua, complicó por su estrechez la labor de los funcionarios. Los bomberos, provistos de unos trajes especiales para evitar la contaminación biológica, tuvieron que cortar unos hierros de la parte superior del pozo para poder acceder al cadáver. Luego, con unos bicheros y una red consiguieron levantarlo. Una camiseta era lo único que quedaba de la ropa de la mujer, según informó un policía.

El cadáver estaba putrefacto:brazos y piernas rígidos, la cara desfigurada y sin piel en los dedos. Fuentes policiales señalaron ayer que la identidad de la mujer está siendo muy difícil de conocer ya que, debido a su estado de descomposición, es imposible realizarle algunas pruebas como la obtención de sus huellas necrodactilares.

Los agentes inspeccionaron un coche blanco abandonado en un terraplén, a unos 50 metros del pozo, y rastrearon la zona en busca de alguna pista.

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Una campa aislada

A media hora a pie del lugar del hallazgo, cerca del poblado de chabolas de Pitis, está La Quinta, una barriada de casas de acogida en la que se trafica con droga que es la zona habitada más cercana al lugar de los hechos. Los que frecuentan la zona permanecían ayer ajenos a lo que ocurría en el camino de Las Piedras. Debajo del túnel por el que se llega al poblado, algunos individuos traficaban con cocaína dentro de sus coches. Eso hace sospechar a la policía que la víctima pueda ser una toxicómana.

Cuando se enteraron de lo sucedido cerca de allí, varias personas se dirigieron al lugar de los hechos para curiosear. "Cuánto asesino hay por ahí suelto, cuánto asesino", gritaba un grupo de jóvenes. Emilio, de 28 años, que vive en la zona desde que nació, se mostró sorprendido: "Por aquí ha pasado de todo, pero esto es muy raro. Yo creo que es un asesinato, porque nadie va a venir hasta aquí para suicidarse, y es muy difícil que alguien se caiga a un pozo tan estrecho".

La finca en la que se encontró el cadáver es un lugar en el que a veces se organizan partidas de caza de liebre con galgos, según dijeron ayer varios vecinos de la zona, y también es frecuentada por pastores con sus rebaños de ovejas.

La autopsia será la que determine finalmente la causa de la muerte, si fue un suicidio, si fue accidental o si alguien la arrojó al pozo.

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