La revelación de un italiano atípico

Antes de llegar a Osasuna, de asomarse al pórtico del fútbol español con el mejor cicerone, el Real Madrid, Crhistian Manfredini (Port Bouet, Costa de Marfil, 1975) dio la vuelta a Italia sin marearse. Así que no es extraño que haya llegado a Pamplona sin inmutarse, se haya granjeado el apoyo de la afición, por su magnífico partido, y se haya ganado la simpatía del colectivo por su carácter extravertido, algo importante en un equipo que mantiene el espíritu de la machada como uno de los valores futbolísticos.

Resulta difícil sorprender a Manfredini en un reto de tales características. Está acostumbrado a someterse a reconocimientos continuos: desde que comenzó en Battipaglia, su ciudad adoptiva, ha caminado por el Juventus, Pistoiese, Viterbese, Cosenza, Chievo y Lazio. Todos los estratos del fútbol italiano, poco dado a las grandezas de los jugadores habilidosos y escurridizos. El suyo es un caso atípico en Italia, últimamente.

Manfredidini llega a Osasuna curtido en mil batallas. Y llega porque el Lazio, que lo adquirió al Chievo compartiendo su fichaje al 50%, no lo utilizaba en demasía y se encuentra, además, afectado por una crisis económica profunda. Con 27 años a sus espaldas, Manfredini quería sobre todo jugar al fútbol y su representante en España lo ofreció a Osasuna, a través del secretario técnico Martín González. Algo sabían en Osasuna de sus habilidades, pero el ofrecimiento obligó a un análisis más detenido que cristalizó, con el visto bueno del técnico Javier Vasco Aguirre, en un fichaje que de nuevo comparte el 50% de sus derechos con el Lazio romano, pero reservando una opción de compra al término de esta temporada.Resulta curioso que en un Osasuna-Real Madrid, Figo sea justamente expulsado y Manfredini, triunfante por habilidad, técnica y precisión. Para el jugador italiano (nacido en Costa de Marfil y adoptado a los 4 años por una familia del país trasalpino) ese juego no es nuevo. Con el Chievo Verona ya destacó como un extremo clásico en el que predomina sobre su habilidad y velocidad un asunto fundamental: la precisión de sus centros. Osasuna ha encontrado lo que buscaba, un toque de calidad y un futbolista sin pájaros en la cabeza.

A la demanda informativa respondió con el discurso del método: "Lunes, entrenamiento; martes, descanso; el miércoles, todos los periodistas que hagan falta". La humildad parece estar a prueba de bombas.