La candidata y los inmigrantes

Ana Botella, la candidata por el PP a un acta de concejal en el Ayuntamiento de Madrid y esposa del presidente del Gobierno, José María Aznar, visitó ayer Roquetas de Mar (Almería) para "llevarse" las formas de vida e inquietudes de los inmigrantes que residen en la localidad. Durante su visita Botella despachó con inmigrantes y almorzó con cerca de 300 militantes y simpatizantes del PP. En su discurso, alabó la gestión del alcalde roquetero, Gabriel Amat, y elogió la gran superficie comercial que se construyó sin licencia de la Junta y fue sancionada.

Era la segunda vez que Ana Botella visitaba Roquetas de Mar. La primera vez fue hace tres años. En su regreso, la mujer del presidente del Gobierno quedó impactada por el progreso de Roquetas a tenor de la gran superficie comercial que pudo ver desde el coche, en la carretera de Alicún, cuando se dirigía al encuentro con los inmigrantes en la biblioteca. "Ya no sé si es posible progresar más, porque he visto un centro comercial, ahí, al entrar, que hacía tiempo que no lo veía tan grande", dijo antes de despedirse de los extranjeros. Botella se refería al mismo supermercado que tiene pendiente una sentencia del TSJA por haber sido construido sin la preceptiva licencia que otorga la Junta. También es el mismo centro comercial que no hace ni dos meses fue sancionado con 600.000 euros por carecer del informe preceptivo de la Consejería de Economía, hecho considerado como "muy grave" por el Gobierno andaluz. Sin embargo, tan impactada quedó Ana Botella del supermercado sancionado e impugnado que no pudo evitar aludir a la gran superficie comercial por segunda vez, justo en la comida con militantes del PP en el Club Náutico. "Me parece que me va a quedar pendiente con Gabriel visitar el centro comercial que creo que es el más grande de toda Andalucía y así tengo una oportunidad para volver otra vez a Roquetas".

"Ya no sé si es posible progresar más", dijo Ana Botella tras ver un complejo de tiendas

La de ayer fue una apretada agenda que tenía como prioridad la presentación en Adra, por la noche, de la candidata popular a la alcaldía, la parlamentaria andaluza Mari Carmen Crespo. Los actos políticos celebrados a la hora del almuerzo y por la noche, en Adra, ensalzaron doblemente el encuentro previo mantenido con la representación de las 104 nacionalidades que viven en Roquetas: Botella no habló a los medios y se dirigió, por vez primera en público, cuando tenía a los inmigrantes como oyentes. Allí asistieron los extranjeros con sus mejores galas y deseos de intercambiar unas palabras con la mujer del presidente, a la que también le pidieron autógrafos. Hasta el padre Alegrías, capellán de inmigrantes de Roquetas que no sabía muy bien de qué iba el acto, estuvo presente. "Yo he venido porque creo que van a tratar algo de los inmigrantes. Y como estoy con ellos me interesa que lo que se diga se lleve a cabo", dijo el sacerdote. Luego, tras saludarlos uno por uno y cruzar unas palabras, Botella se dirigió a ellos en conjunto. "Como española me siento orgullosa de estar en este municipio que ha sido un ejemplo de crecimiento económico y de prosperidad que se ha hecho con todos los que estáis aquí, con todos los que han nacido aquí y con todos los que habéis llegado", dijo. Ana Botella sacó tiempo en su agenda para visitar, ya por la tarde, la asociación provincial de minusválidos Verdiblanca. El "afán por aprender" de la que se postula a concejal de Asuntos Sociales en Madrid rompió los esquemas de los miembros de la organización de minusválidos que observaron cómo conversó, uno a uno, con los 200 chavales que la esperaban y le regalaron un pañuelo pintado a mano. La mujer del presidente, agradecida, apuntó la posibilidad de promocionar ese tipo de artículos a través de la fundación de la que ella misma es miembro en Madrid.