Ángeles Chamorro, soprano y maestra de canto
El pasado día 11 murió en Madrid, en donde había nacido, la soprano Ángeles Chamorro, voz y sensibilidad muy singulares dentro de nuestro rico panorama lírico.
Después de cursar sus estudios en el Real Conservatorio de Madrid con la profesora Rodríguez de Aragón, trabajó intensamente con Ángeles Ottein. La inteligencia y la intuición musical de Chamorro la llevaban a absorber con rapidez las mejores sugerencias musicales del entorno.
Presente en la vida de conciertos desde niña, pronto inició su andadura en sociedades filarmónicas y culturales y, especialmente, en el Ateneo de Madrid durante la dirección de Galindo Herrero.
Su presencia en los festivales españoles -Compostela, El Escorial, Cuenca, Sevilla, Santander, Barcelona- se extendió a los certámenes internacionales de Berlín, Brno, Chartres, Bonaguil, Perugia, Puerto Rico, Nueva York, con actuaciones en recitales, oratorios y obras sinfónico-vocales.
Interesada por el suceder de la música española, protagonizó Chamorro, bajo la dirección de Ernesto Halffter, el estreno en Francia de Atlántida y durante una tournée por Italia y Checoslovaquia dio a conocer la ópera en un acto del mismo Halffter, Entreacte, incluida la Scala de Milán. Italia aplaudió en su voz las Canciones sobre Juan Ramón Jiménez, de Bernaola, y las Salmantinas, de Miguel Alonso, así como los ciclos de Rodolfo Halffter, Montsalvatge, Cristóbal Halffter, García Abril, Gerardo Gombau y, por supuesto, Joaquín Rodrigo, Federico Mompou, Joaquín Nin y Joaquín Turina.
Para la inauguración del Festival Internacional de Barcelona preparó, con mi colaboración al piano, ciclos de Felipe Pedrell y Falla -incluidas las inéditas melodías sobre Bécquer y Antonio de Trueba, así como las tan poco frecuentadas Rimas y Baladas, de Albéniz, algunas de ellas grabadas en disco elepé por Vergara. Capítulo de varia significación fue la composición del ciclo Navidad, de El alba del alhelí, y la posterior publicación discográfica por PAX. Eran los días de Nueva Música y algunos componentes del grupo -Halffter, De Pablo, Blancafort, García Abril, Carra, Gombau y yo mismo- solicitamos autorización al poeta gaditano para utilizar sus textos. Respondió Alberti con emocionadas palabras:
"Mis queridos amigos: ¡qué inmensa alegría! Los jóvenes músicos españoles se acuerdan de mí, sin conocerme, de mí, lejos de España va para 21 años. Tienen ustedes a su disposición toda mi obra poética". Escrita desde Buenos Aires, el 27 de noviembre de 1960, la carta termina: "¡Qué honor! ¿Cómo no estar alegre? Cuenten con todos los permisos que quieran para la publicación y grabación de mis versos".
En el género lírico -ópera y zarzuela- Ángeles Chamorro cantó en el Liceo de Barcelona, en los Jardines de Sevilla, en Bellas Artes, de México, en el Nueva York City e intervino en la primera mundial de Los visitantes, de Carlos Chávez.
Fue dirigida por todos los maestros españoles y por Markevitch -con el que grabó para Antología de la Zarzuela-, Malcolm Sargent, Mario Rossi, sir Colin Davis, en repartos en los que figuraban Alfredo Kraus, José Carreras, Montserrat Caballé.
Desde 1984 se dedicó a la enseñanza de modo privado y en el Conservatorio de Guadalajara, y uno de sus primeros discípulos es la hoy internacional Lola Casariego.
"Impresionante. La pura voz y su solo timbre emocionan", suscribió el crítico Ángel del Campo mientras Luis Antonio Escobar, en Bogotá, escribió: "Constituye una de las pocas excepciones que la hacen catalogar entre los grandes intérpretes". Son dos muestras que se han multiplicado en la carrera de una artista sin trampa ni cartón. "Escucharle cantar Schumann", decía Nicanor Zabaleta, "emociona hondamente". Calló la voz y se apagó la vida. Queda el recuerdo y los testimonios sonoros y escritos.-
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