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Crónica:FÚTBOL | La jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Recreativo aguanta

El Valencia, incapaz de superar a un conjunto lleno de audacia

El Valencia no pudo ayer con un Recreativo de Huelva audaz. Fabio Aurelio, de falta directa en el minuto 85, empató un partido que había tomado un perfil decididamente preocupante para los valencianistas. El equipo visitante casi no tuvo ocasiones de marcar. El Valencia llegó al Nuevo Colombino dispuesto a tomar carrerilla hacia el título de Liga, como hizo la pasada temporada en la segunda vuelta. Pero enfrente se topó con un incómodo Recreativo, que en los últimos nueve partidos, entre Liga y Copa, sólo ha perdido un encuentro. Los jugadores del Recreativo batallaron sin tregua en el primer período, disputaron cada balón con un trabajo a destajo lleno de desesperación propio de un equipo que se sabe al borde del precipicio.

RECREATIVO 1 - VALENCIA 1

Recreativo: Luque; Merino, Iker Begoña, Loren, Pernía; Diego Camacho; Javi García, Viqueira (Cubillo, m. 75), Mario Bermejo, Óscar Arpón (Benítez, m. 77); y Raúl Molina (Joãozi-nho m. 88). Valencia: Cañizares; Réveillère, Ayala, Pellegrino (Mista, m. 60), Carboni; Rufete (Juan Sánchez, m. 60), Albelda, Baraja, Fabio Aurelio; Aimar (Vicente, m. 88); y Carew. Goles: 1-0. M. 32. Raúl Molina marca, con efecto, por la izquierda de Cañizares. Un espléndido tanto 1-1. M. 85. Fabio Aurelio, en el lanzamiento directo de una falta. Árbitro: Alexis Pérez Pérez. Amonestó a Mario Bermejo, Ayala y Viqueira. Unos 17.000 espectadores en el nuevo estadio Colombino.

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El Recreativo logró imponer en el primer tiempo el juego que le convenía. En el terreno de juego se ubicó la guerra de guerrillas, el pelotazo, la imprecisión, las carreras sin sentido: todo lo que no convenía al Valencia, equipo infinitamente más técnico que el onubense. En el barullo, en el bullicio de balones por los aires, se impuso el fútbol caracterizado por el estado de ansiedad y de necesidad del cuadro onubense.

El dominio territorial también correspondió al decano. Pero en medio de la batalla, ocasiones de gol, veneno en el área, no hubo. El Valencia confió en el primer tiempo todo su potencial atacante a Carew, que estuvo incansable pero torpón. El colegiado, Alexis Pérez Pérez, le anuló un gol en el minuto 24 por mano, que protestó el ariete valencianista. Y ocho minutos después, Raúl Molina marcó a lo grande. Controló el balón en la zona izquierda del área y lanzó un disparo lleno de veneno que se coló por la escuadra izquierda de Cañizares.

El Valencia ofreció en la reanudación otro perfil. Los jugadores visitantes procuraron echar el balón al suelo, que el juego discurriera con un mínimo de sentido y de inteligencia. Los valencianistas procuraron tocar el balón, que era lo suyo, y de ese modo agarraron el timón de un partido arisco. Rafa Benítez, entrenador valencianista, introdujo en el campo a Juan Sánchez y a Mista, y el Valencia se asentó definitivamente. Pero los visitantes exhibieron durante todo el partido una alarmante carencia de remate.

El gol del Valencia, llegó finalmente, porque tenía que llegar debido a su superioridad técnica, pero fue a balón parado, en un saque excelente de falta directa de Fabio Aurelio, que dejó clavado a Luque, portero local.

El partido, de todos modos, estuvo en las botas de Raúl Molina. El ariete del Recreativo aprovechó una salida en falso de Cañizares en el minuto 79 para rematar al borde del área chica con todos los vientos a su favor, pero sin el suficiente olfato: Ayala despejó bajo los palos. En el vestuario del Recre, al final del partido, se recordaba amargamente esa jugada. De todos modos, Raúl Molina, sólo en punta, cuajó un partido extraordinario. Fue sustituido, extenuado, en el minuto 88, por el brasileño Joäozinho, uno de los refuerzos de invierno, que debutó con el Recreativo.

El resultado final permite al Valencia seguir enganchado a la lucha por el título. El Recreativo, sin embargo, sigue con el agua al cuello.

Aimar trata de eludir el marcaje de Arpón.
Aimar trata de eludir el marcaje de Arpón.EFE

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