Dopaje por ignorancia

Mientras el caso Gurpegui, el jugador del Athletic positivo por nandrolona en diciembre pasado y que aún no ha sido sancionado, ha llegado ya al Comité de Competición, otro dopaje ha tomado el relevo en el fútbol español. Se trata del positivo del internacional juvenil y portero de la UD Las Palmas, de Segunda, Nauzet Pérez, de 17 años. Sin embargo, aunque la sustancia prohibida sea un esteroide anabolizante en ambos (nandrolona, en el de Gurpegui; estanozolol, en el del guardameta), los dos son casos muy diferentes.

Todos los positivos por nandrolona sufren inmediatamente tal enmarañamiento, entran en una nebulosa de dudas tan extensas, que finalmente parece imposible determinar si hubo voluntariedad, si se tomó a sabiendas, si la produjo el excepcional cuerpo del deportista -aunque la Sociedad Española de Endocrinología afirme que es imposible-, si la llevaba el profidén o si los polvos inocuos que le da el club, vitaminas y suplementos nutritivos, estaban contaminados.

La federación multiplica los controles a la UD Las Palmas tras el caso de su portero

Con el estanozolol, sustancia que puso de moda el atleta canadiense Ben Johnson en los Juegos Olímpicos de Seúl 88, no hay dudas. Si su metabolito aparece en la orina de un deportista es porque ese deportista lo ha tomado, porque ha pecado. Y pecar en España no es muy complicado.

Conseguir anabolizantes, que, en teoría, sólo se pueden vender en farmacia con receta médica, es tan sencillo como hacer dos veces clic en cualquiera de las centenares de páginas de Internet que ofrecen productos mágicos, O, más fácil, entrar a un gimnasio y decirle al encargado que te quieres poner cachas y que, aparte de darle a las pesas, quieres una ayudita extra.

Según fuentes cercanas a Nauzet, en un gimnasio de Maspalomas al que acudía habitualmente con algunos amigos, fue donde el portero canario, una fuerza de la naturaleza de 1,90 metros y 84 kilos, se proveía de Winstrol (nombre comercial del estanozolol). "Todo apunta a que es un caso de dopaje por desconocimiento, por falta de control", dice José Antonio Casajús, un médico que fue jugador del Zaragoza y que preside actualmente la comisión antidopaje de la federación. "Ahí, en estos casos, es donde más duele, porque significa que no ha funcionado el trabajo preventivo. Ha pecado por falta de información, no por que quisiera doparse".

Dado que, pese a ser una de las grandes estrellas de la cantera de su equipo, sólo había sido titular en los tres primeros partidos de la Liga y en uno de la Copa, Nauzet no había tenido problemas con el control antidopaje. No se había sometido a ninguno hasta que hace un mes la federación hizo pasar por un análisis preventivo a la selección sub 18 que iba a participar en Egipto en la Meridian Cup. Es una práctica habitual de todas las federaciones que acuden a competiciones internacionales para evitar desagradables sorpresas de repercusión mundial.

Nauzet dio positivo, disimuló una lesión y no jugó en Egipto. Regresó mediada la competición. Lleva un mes sin entrenarse con la plantilla. Exculpó al equipo de todo lo sucedido. Pese a ello, la federación envió a su equipo antidopaje para someter a toda la plantilla de Las Palmas a un análisis por sorpresa. Y en los dos últimos partidos de la Liga también pasaron control algunos jugadores.

Se evitó el escándalo, pero el jugador, que aún no ha solicitado el contraanálisis -el club decidirá mañana si lo hace-, se enfrenta a una posible sanción de entre dos y cuatro años de suspensión, aunque, habitualmente, pocas veces se suspende a un deportista en España más de seis meses.

En el club, sin embargo, creen que hay circustancias atenuantes. Hablan, por si acaso, de defectos de forma, de falta de respeto en los plazos fijados por el reglamento. Citan, también, que Nauzet es menor de edad -cumplirá 18 años el 1 de marzo-, como si ese dato tuviera algún valor. "Pero", explica Casajús, "en ningún reglamento se hace distinción entre profesionales o aficionados, o por sexo, edad, religión, raza o condición social".