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Reportaje:

Pasajes, la Suiza de los puertos

La Autoridad Portuaria prepara la regeneración urbanística y una nueva zona exterior de atraques

Mikel Ormazabal

El Puerto de Pasajes, el más oriental de la cornisa cantábrica, se debate entre mantenerse como una plataforma logística que está casi al límite de sus posibilidades o ampliar sus instalaciones con la construcción de una nueva dársena a mar abierto. La Autoridad Portuaria de Pasajes ya ha comenzado a ceder terrenos del actual recinto portuario para su regeneración urbanística, al mismo tiempo que impulsa la creación de un gran puerto exterior con 2.650 metros lineales de atraque que requerirá de una inversión de 725 millones de euros.

Embutido en o abrigado por los núcleos urbanos de Pasaia, Lezo, Rentaría y San Sebastián, el Puerto de Pasajes tiene limitado su crecimiento y su expansión precisamente por la configuración costera. El recinto portuario está inserto en plena civilización, en la bahía que forma el estuario del río Oiartzun, lo que le permite ser un excelente refugio para los barcos frente a las inclemencias meteorológicas, aunque, por el contrario, imposibilita su ampliación.

Pasajes quiere abrir el puerto a un área deportivo y zonas residenciales y lúdicas

El presidente de la Autoridad Portuaria de Pasajes, José Ignacio Espel, afirma que el puerto atraviesa por su "mejor momento", a la vista del progresivo incremento de su actividad: "Hemos cumplido un ciclo de seis años consecutivos de aumento del tráfico de mercancías manipuladas". Espel lo califica como un puerto "integral, flexible, muy ágil y dinámico, además de seguro".

5,3 millones de toneladas

El año pasado movió 5,3 millones de toneladas, principalmente de chatarra, productos siderúrgicos y automóviles, y en menor cuantía de pesca. Sin embargo, este volumen de actividad le sitúa "al límite de sus posibilidades", muy cerca del colapso, de ahí que el máximo representante del puerto considere "un proceso natural" que la dársena "vaya cediendo sus instalaciones a la ciudad".

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Espel advierte de que Pasajes "no sólo se ocupa de las labores propias de un puerto comercial, sino que además ofrece otros servicios como reparación y construcción de buques, ya que dispone de todas las instalaciones precisas para cubrir las posibles necesidades de los barcos y sus tripulaciones".

En este sentido, la dirección Pasajes ha asumido la necesidad de "regenerar el actual puerto" como un espacio "abierto a la sociedad, donde tengan cabida un puerto deportivo y zonas residenciales y lúdicas". La reconversión de esta infraestructura sólo sería posible, apunta Espel, si los gobiernos central y vasco, la Diputación guipuzcoana y los ayuntamientos del entorno asumen la construcción de un puerto nuevo en el exterior de la bahía que le permitiría movilizar hasta ocho toneladas de mercancías al año.

Espel califica el puerto pasaitarra como "la Suiza de los puertos", por tratarse de una instalación "eficiente y competitiva a pesar de sus limitaciones geográficas". La principal competencia que tiene el puerto guipuzcoano e la de su hermano de Bilbao, el de mayor tamaño de Euskadi tanto en metros de atraca como en tráfico en volumen de toneladas de carga.

No obstante, "la demanda de nuevas necesidades, tanto empresariales como urbanas, hacen cada vez más necesario dotar a Guipúzcoa de una infraestructura portuaria moderna y, de esta forma, conseguir la rehabilitación urbanística de la bahía de Pasajes, condicionada actualmente por la actividad industrial del puerto", explica.

Regeneración

A la espera de elaborar el proyecto constructivo definitivo de la nueva dársena, el puerto interior ha iniciado los trámites para su regeneración, sobre todo en el área de La Herrera, situada en Trintxerpe y en el límite con San Sebastián. En esta zona deprimida de 145.000 metros cuadrados de superficie, ocupada por pabellones industriales y edificios portuarios, se desarrollará un proyecto de rehabilitación que dirigirá la Agencia de Desarrollo Oarsoaldea con fondos del Plan Urban, que aportará en total 12 millones de euros hasta 2006 para la revitalización de la bahía de Pasaia.

Con esta finalidad, la Autoridad Portuaria ha cedido 35.000 metros cuadrados a Oarsoaldea para acometer en La Herrera una transformación urbanística que incluye la construcción de varios edificios de oficinas y empresas de nuevas tecnologías, el Museo Naval, nuevos viales y zonas ajardinadas.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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