La instalación de un 'proxy' en las líneas ADSL de Telefónica inquieta a los internautas

Desde los tiempos de la tarifa plana no había en el Internet español tanta calentura contra Telefónica. El motivo es la instalación por parte de la operadora de un proxy-caché en las líneas ADSL. Un proxy transparente; es decir, el usuario no advierte su existencia. Telefónica no ha avisado de su instalación a sus clientes. La instalación no es opcional, o sea que el cliente no puede evitarla.

Este proxy-caché consiste en programas instalados en los nodos de acceso a Internet de la operadora con gran capacidad de memoria que hacen de intermediarios entre el usuario e Internet. Cuando áquel pide una página que el proxy no tiene almacenada, éste llama al servidor de la página a través de Internet y la suministra. El proxy, entonces, guarda una copia de la misma. Si cualquier usuario solicita nuevamente la página, en lugar de acudir a Internet a buscarla, el proxy sirve la que tiene almacenada. Periódicamente llama a los servidores de las páginas guardadas para refrescar su contenido. Al evitar el viaje por Internet y estar el proxy más cerca del usuario, la página se descarga más rápidamente. La mayoría de las empresas tienen instalados proxys internos en sus sistemas corporativos que cumplen, además, con otras tareas. Los ordenadores personales también tienen cachés que almacenan temporalmente páginas con el mismo objetivo. La instalación del proxy por parte de Telefónica le supone un considerable ahorro en el gasto de comunicaciones ya que si el usuario pide una página que tiene almacenada evita el tráfico por la Red.

En la Red han proliferado documentos de internautas que sufren problemas a raíz de esta novedad en las líneas ADSL y páginas de queja. La gama de protestas van desde las de quienes sospechan que la operadora puede usar el proxy para filtrar y rastrear la navegación de los usuarios a las de quienes, sin presumir un uso malicioso, se atienen a los problemas que genera el servicio, como retraso en la descarga de algunas páginas y, en las webs que se actualizan frecuentemente, recepción de versiones antiguas (la almacenada) de la web consultada. Telefónica niega que se haya perjudicado el servicio.