El pintor de Chicago nació en Lepe
El catedrático de Literatura Francisco Caudet recrea en poemas los cuadros de Santana
Francisco Caudet, catedrático de Literatura Española de la Universidad Autónoma de Madrid, presentó ayer en Huelva el libro Santana y Chicago, un conjunto de poemas que ilustran una serie de imágenes de cuadros del pintor Enrique Romero Santana. El volumen está editado por la Fundación El Monte y el Ayuntamiento de Lepe. Santana, de 54 años, licenciado en Psicología y Magisterio, se fue a vivir en 1991 a Chicago (Estados Unidos) y ha expuesto en las principales galerías de arte de ese país. "Mi mercado, ya, está en Norteamérica", confesó ayer, en la presentación del libro. Santana es un consumado experto en pintar el paisaje urbano de Chicago. Pero su referencia es Lepe.
Un crítico de arte estadounidense escribió en su día, fascinado por el color y el misterio de los cuadros de Santana: "El pintor de Chicago es de Lepe". Santana vuelve a su tierra, Lepe, siempre que puede. Fue Medalla de Oro de Andalucía en 2001. El Ayuntamiento de Lepe le ha comprado dos grandes murales, en los que se refleja la playa de La Antilla, que mañana se colgarán en el Teatro Municipal de Lepe, en un acto que se espera que sea multitudinario.
"Los artistas van evolucionando. La edad los hace más sabios"
"Mis trabajos son reales a primera vista, porque reconoces la imagen, los sitios, pero hay una atmósfera especial, una carga emocional que los hace ser más irreales que reales. Tienen un componente romántico. Es una especie extraña de expresionismo sólo que en vez de ir con las formas va con la luz. Pero yo pinto trozos de realidad fuera de contexto por lo que resulta ciertamente alucinante", explicó ayer el pintor. Santana, de todos modos, no quiere que su pintura se encuadre en el realismo: Considera que sus cuadros enlazan con la vanguardia, con la modernidad. "Chicago es un entorno arquitectónico del siglo XX. Mi pintura interesa, sobre todo, en galerías de vanguardia, dedicadas al arte conceptual, por el tema más que por la forma. Porque mis cuadros enlazan con el siglo XX", indica.
Santana se ha confesado siempre como un discípulo de Antonio López, el maestro que lo enseñó a mirar el entorno con ojos capaces de resumirlo posteriormente todo en un lienzo, según ha confesado. Pero asegura que su pintura ha tenido una evolución: "Los artistas van evolucionando cuando se hacen mayores, cuando cumplen años, porque la edad los hace más sabios. Mis cuadros se están haciendo más misteriosos, y tienen mayor fuerza que antes", explicó.
La base de su arte está en la memoria. "En Chicago no se puede pintar en la calle, porque hace mucho frío. Yo trabajo en el estudio y visito con frecuencia el sitio que estoy pintando, en momentos en los que exista una luz diferente. Y luego me dejo guiar por la memoria", explicó ayer. Durante estos meses, ha recreado en su estudio la playa de La Antilla, entre los rascacielos de Chicago. "Estos cuadros contienen una carga emocional muy fuerte. Están hechos desde el recuerdo. Es la playa de mi infancia. Reflejan el sentimiento de un lepero que está fuera de esa playa desde hace mucho tiempo. La realidad toma un elemento nostálgico cuando se está fuera", indicó ayer.
Los cuadros de Santana son, en su mayoría, paisajes urbanos vistos desde la contemporaneidad, en los que rara vez aparece una figura humana. Pero el autor reitera que en absoluto siente desprecio o despego hacia el hombre: "Todo está relacionado con el ser humano: En la forma de pensar, de sentir y de vivir", dice.
Santana dijo ayer que apuesta decididamente por la lucha en la vida, pero condena la guerra y la espiral belicista en la que ha entrado el mundo, sobre todo en el país donde vive, EE UU.
El alcalde de Lepe, el socialista José Oria, recordó ayer que él organizó en 1982 la primera exposición en la localidad de Santana, un artista de vocación tardía. "Fue un éxito, como todas las que siguieron", afirmó.
Caudet subrayó que Santana "además de un extraordinario pintor, es una persona especial. Suscita entusiasmo y aúna voluntades". Este catedrático, experto en arte, ha convertido en poemas sus reflexiones sobre los cuadros de Santana. Uno de esos poemas dice: "En los mágicos espacios/ de estos lienzos, /de estos fugaces himnos de líneas y colores, / de estos constructos real-imaginarios, / donde a lo sumo aparece la silueta sin rostro/ de un anónimo viandante, / todo está ahí destinado a solamente ser/ y durar/ en quienes un buen día/ detengan en ellos/ la mirada".
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