"Las últimas teorías de la física son enormemente poéticas"
"Hay que empezar a escribir ya la poesía del siglo XXI", afirma rotundo a sus casi 70 años el poeta granadino Rafael Guillén, Premio Nacional de Poesía en 1994, y autor de más de una veintena de libros. "Las últimas teorías de la física son tremendamente poéticas, los universos paralelos, las dimensiones desconocidas, el principio de incertidumbre... los jóvenes deberían hacer poesía sobre eso", argumenta. Guillén, trabajador incansable y de gran pulcritud técnica, acaba de publicar Las edades del frío (Tusquets), un volumen que completa una trilogía comenzada en 1971 con Límites y continuada en 1994 con Los estados transparentes.
Pregunta. ¿Cómo ha tardado tanto tiempo en completar una trilogía con esas tres obras, o es que lo ha hecho por las similitudes temáticas entre esos libros?
Respuesta. Hay unos temas fundamentales en los que se basa la obra de cualquier escritor. Esos temas aparecen con mayor intensidad a lo largo de la vida. Hay otras circunstancias que obedecen a situaciones, estados de ánimo, acontecimientos que requieren una atención más inmediata. Pero son esos temas fundamentales los que se van recuperando, los que se intenta perfeccionar y, en algunos casos, como en esta trilogía, completar.
P. ¿Y cuáles son esos temas?
R. En el caso de Límites, el tema era el tiempo, y en Los estados transparentes, había intentado indagar en la materia. Con este último libro he querido completar la ecuación abordando el espacio y el movimiento.
P. ¿Da ya por concluida con este libro la profundización en esos temas?
R. Creo que son cosas tan fundamentales que, naturalmente, afloran junto con otras de distinta naturaleza, como pueden ser el amor o incluso las circunstancias sociales.
P. Julia Uceda dijo que los poetas andaluces de la Generación del 50, a la que ustedes pertenecen, pagaron el pato de la Generación del 27 en beneficio de los poetas de otras comunidades. Como si la enorme presencia de andaluces en el 27 tuviera que ser equilibrada en la del 50...
R. En cuanto a su proyección, Julia Uceda lleva razón indudablemente. Sin embargo no creo yo que la poesía, como tal, vaya por barrios.
P. Además de Las edades del frío, ya publicado, usted está trabajando en nuevos proyectos...
R. Sí. Estoy con La otra cara de los estados transparentes, un libro inspirado en muchas experiencias, en viajes, en otras culturas, en otra forma de ver la vida. A lo largo de esos viajes me traje un gran material del que los poemas del libro Los estados transparentes eran la quintaesencia. Lo que hago ahora es mostrar esa cara oculta de la Luna, la impresión que me produjeron países como Nepal, China o Indonesia.
P. ¿Una especie de explicación del contexto de aquel libro?
R. En la poesía hay que intentar que el lector participe de la emoción poética del creador. Es más, que se sienta descubridor del mundo que el poeta sugiere. Debe establecerse una natural complicidad entre los dos.
P. ¿Qué se siente más, lector o escritor de poesía?
R. En mi caso, es inconcebible lo uno sin lo otro.
P. ¿A qué atribuye que Andalucía sea tan propensa a dar poetas?
R. La poesía nace de una acusada sensibilidad. Quizá, solamente quizá, el cruce de tantas culturas haya dejado un sedimento que se percibe junto a la luminosidad del aire que respiramos.
P. Para usted, ¿qué es en realidad la poesía?
R. Lo he dicho muchas veces: para mí, la poesía es una forma de respirar. Es aire. Precisamente en Las edades del frío he pretendido abrir una mínima ventana por donde entre aire nuevo a una poesía de fin de siglo que, salvo las consabidas excepciones, continúa mirándose el ombligo. Los poetas deberíamos ser los primeros en darnos cuenta de que hemos entrado en un nuevo milenio, de que hay que empezar a escribir ya la poesía del siglo XXI. Las últimas teorías de la física son enormemente poéticas, los universos paralelos, las dimensiones desconocidas, el principio de incertidumbre... los jóvenes deberían hacer poesía sobre eso.
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