Cambio de orientación
Las últimas noticias de Oriente Medio, junto con los datos económicos estadounidenses, han formado un cóctel de díficil digerstión para los mercados de valores de todo el mundo, sobre todo porque la posibilidad de que el intento de solución a ambas cuestiones venga de la mano es grande.
El desmantelamiento de posiciones ha sido la actividad básica en esta jornada, bien por el razonable miedo que despierta cualquier guerra, bien porque parece evidente que la capacidad de recuperación a corto plazo de la economía de Estados Unidos, con su consiguiente repercusión en las bolsas, es prácticamente nula.
La confianza de los consumidores, un pilar básico en la economía de aquel país, se ve afectada por la posibilidad de entrar en una guerra cuyas causas finales están poco claras, lo que ha hecho descender el indicador elaborado por la Universidad de Michigan en el mes de enero en tres puntos. Las ventas industriales y la utilización de la capacidad industrial también bajaron en diciembre, mientras que el déficit comercial alcanzaba una cifra récord en noviembre.
El Ibex 35 terminó esta sesión con un descenso del 2,31%, la mayor de este tramo inicial de un ejercicio que hasta ahora ha mostrado un saldo mayoritario de sesiones alcistas. El índice general de la Bolsa de Madrid perdió el 2%, pero en el conjunto de la semana ambos indicadores muestran saldo positivo. La mayoría de los inversores europeos se dejó llevar por el malestar que ayer se extendía por los mercados de valores y todos los índices tuvieron resultados negativos. París bajó el 2,73%, Londres el 1,58% y Francfort perdía el 4,19% poco antes del cierre. Nueva York bajaba el 1,33% a media sesión.
El Mercado Continuo negoció 2.204,93 millones de euros.
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