Alarma en Italia por la elevada tasa de mortalidad de los futbolistas
La muerte, hace tres meses, del ex futbolista Gianluca Signori, de 42 años, enfermo de la extraña esclerosis lateral amiotrófica, mal también conocido como síndrome de Lou Gehring (jugador de béisbol estadounidense fallecido en los años 50), no es, según un fiscal italiano, una excepción, sino más bien, la norma del fútbol italiano.
Raffaele Guariniello, fiscal de Turín conocido por la incansable persecución a cualquier hecho dudoso del deporte italiano, puso en marcha hace unos años una gigantesca investigación epidemiológica sobre la vida y la muerte antes de tiempo de cerca de 24.000 jugadores de la Liga italiana de Primera, Segunda y Tercera desde 1960 hasta 1996. Unos 400 futbolistas murieron en esas fechas, una tasa muy superior a la de la población italiana. Según Guariniello, 70 de esas muertes son sospechosas y en 47 de ellas habla de homicidio involuntario. La tasa del cáncer es el doble que en la población general.
Más espectaculares aún son las cifras de incidencia del síndrome de Lou Gehring: 13 futbolistas fallecidos en los últimos años y 30 más enfermos actualmente, cuando, si se ajustaran a la media nacional, debería haber sólo 0,61.
Los científicos que trabajan para Guariniello buscan ahora establecer una causa de la elevada mortalidad, aunque el fiscal tiene bien claras las razones. El consumo incontrolado de anabolizantes, dice, es el responsable de los cánceres; las leucemias son culpa del consumo de hormona del crecimiento. En cuanto al mal de Gehring, una enfermedad favorecida por los traumatismos y las lesiones en las piernas, Guariniello recuerda que la mayoría de los afectados son defensas, los que más patadas reciben, y cree que el abuso de antiinflamatorios, que permiten a los futbolistas jugar lesionados, pude ser la razón desencadenante.
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