Herreros alivia las penas del Madrid
El equipo de Imbroda respira con un triunfo que aún le permite aspirar a la Copa
Apareció Herreros en el segundo cuarto y el Madrid salió disparado. Con 14 puntos en ese periodo, el alero presentó su particular reivindicación; máxime cuando la pasada semana, frente al Barcelona, estuvo desaparecido. De esta forma, y siempre que venza en sus dos próximos encuentros, el Real Madrid se clasificaría para la Copa del Rey. Cierto es que el Jabones Pardo Fuenlabrada no deja de ser un conjunto guerrillero con escaso banquillo. Motivo éste por el que ceba a su quinteto titular a un esfuerzo imposible. En especial a Herrmann, el nuevo jugador-atleta venido de Argentina y máximo anotador de la ACB, a quien el TAU ya ha puesto precio. Ayer recibió una clase magistral de Herreros. De cómo un jugador delgado y con apenas físico, el madridista, burla continuamente la defensa de un tipo musculoso y enérgico como Herrmann.
FUENLABRADA 75 - REAL MADRID 101
Fuenlabrada: Hernández (8), Solana (14), Herrmann (16), Wood (9), Scott (18) -cinco inicial-. Palacios (-), Fernández J.(2), Antúnez (-), Fernández P.(8) y Martín (-). Real Madrid: Victoriano (11), Mumbrú (13), Angulo (10), Alston (13), Sonseca (6) -cinco inicial-. Herreros (23), Tarlac (16), Reyes (8), Digbeu (1) y Mena (-). Árbitros: Ramos, Hierrezuelo y Martínez. Eliminado por faltas: Solana. Polideportivo Fernando Martín. 5.050 espectadores.
La otra noticia estuvo en Tarlac. Castigado por Javier Imbroda en el cuarto de los ratones, no dejó ni un momento el banquillo frente a los azulgrana, ayer cerró su mejor partido de la temporada con 16 puntos. Debió actuar como revulsivo en el yugoslavo, jugador pusilánime donde los haya. Cuando todo el mundo ya le buscaba otro equipo, el ex NBA se involucró como nunca en tareas defensivas. Que Sonseca, un chaval de 19 años le haya adelantado por la derecha, también le habrá zarandeado la conciencia.
El Madrid acudía a Fuenlabrada con las dudas que le habían asaltado a principios del ejercicio. Sin Mulaomerovic, lesionado el día del Barcelona, reaparecía el vacío a la hora de orquestar. Retornaban los miedos madridistas, volvía Victoriano el base argentino que sufre el síndrome Hawkins, el estadounidense que dejó su sitio al croata. En ocasiones, da la sensación de venirle enorme la empresa de dirigir al Madrid. En otras, como ayer, se relaja, coge confianza y firma una actuación honrosa. Incluso, cuando el partido estaba cerrado a favor de los madridistas, hubo tiempo para que Mena, el tercer base, se foguease. Imbroda había decidido que era el día de puertas abiertas y todo el banquillo tuvo su momento.
El Fuenlabrada únicamente aguantó el tipo en el primer cuarto (19-22). Scoot y Wood se batieron a trabucazos con Sonseca y Alston. Este último disfrutó de cierta inspiración a costa de Wood, el pívot de 38 años que sólo lo es a la hora de apuntalar la defensa. Para atacar es un alero más que lanza de tres tantas o más veces que de dos.
Richard Scott no destaca precisamente por el tamaño de su depósito de gasolina. Sonseca, Alston, Reyes y Tarlac le fueron agotando poco a poco. Mientras el cuarteto de pívots blanco disfrutaba de descanso, al del Fuenlabrada le tocaba sostener a los suyos. Es complicado mantener tanto en defensa como en ataque una intensidad sobrehumana durante todo el encuentro.
Luego saldrían Herreros y Tarlac para alcanzar un parcial de 11-27 que sentenció todo. Los dos últimos cuartos fueron en balde. El Madrid porque iba sobrado, y el Fuenlabrada porque no podía con su alma.
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