El presunto asesino de un taxista en Sabadell se había fugado de la cárcel hace cinco años
Detenido Eusebio R. G., con numerosos antecedentes y que había huido de Can Brians
La policía había estrechado el cerco alrededor de Eusebio R. G. a raíz de las declaraciones de una mujer que vio como este hombre subía al vehículo del taxista asesinado en la noche del crimen. Además, sobre este hombre, con numerosos antecedentes penales, recaían las sospechas de la autoría de varios atracos cometidos contra taxistas del área metropolitana de Barcelona en el útlimo mes.
Las declaraciones de los taxistas permitieron a la policía elaborar un retrato robot que permitió la identificación de Eusebio R. G., a quien agentes del Grupo de Homicidios de la Policía sometieron a estrecha vigilancia hasta que le detuvieron, el pasado jueves por la tarde, en su domicilio del número 44 de la calle de Aiguablava, en el barrio barcelonés de Trinitat Vella. En el piso la policía se incautó, entre otros objetos, de ropas que pertenecían al detenido y al taxista asesinado, manchadas de sangre. En los últimos días, los agentes que vigilaban a Eusebio R. G. comprobaron que el acusado tomaba medidas para evitar ser detenido en su domicilio, como mantener permanentemente las luces apagadas.
La Jefatura Superior de Policía de Barcelona informó ayer de que en el momento de la detención, Eusebio R. G. opuso gran resistencia e hirió a tres de los agentes que participaban en la operación. El detenido, que debe pasar hoy a disposición judicial, tiene un amplio historial delictivo, plagado de robos, atracos y tráfico de drogas. Cuando decidió no regresar a Can Brians durante un permiso penitenciario, en 1997, el detenido cumplía condena por robo con intimidación.
Durante el último mes, según la policía, Eusebio R. G. se dedicaba a atracar a taxistas del área metropolitana de Barcelona actuando en todas las ocasiones de forma muy similar: el hombre requería los servicios de un taxi en diferentes hospitales del área metropolitana para que lo trasladasen al barrio de La Mina de Barcelona, donde presuntamente iba a comprar droga. En el trayecto, atracaba a los taxistas amenazándolos con arma blanca.Varios de estos taxistas han identificado al detenido como el autor de los atracos.
Medidas de seguridad
El pasado día 27 de diciembre, Eusebio R. G. volvió a asaltar a un taxista, pero acabó asesinándole, posiblemente porque se resistió a entregarle la recaudación. Luis Pérez Juárez, de 48 años y vecino de Badalona, murió instantáneamente a causa de las puñaladas que recibió por la espalda. Su cadáver fue hallado por la Guardia Urbana de Sabadell pasadas las tres de la madrugada en una calle de esta localidad. El taxi de la víctima fue encontrado posteriormente con manchas de sangre en Sant Adrià de Besòs. Al parecer, el homicida subió al taxi a las puertas del hospital Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet y asesinó al taxista una vez iniciada la carrera.
El asesinato de Luis Pérez Juárez mientras estaba de servicio causó gran consternación y el inicio de una serie de movilizaciones en el sector del taxi en demanda de más medidas de seguridad. Al día siguiente del asesinato, casi un millar de taxis bloquearon el centro de Barcelona.
La detención del presunto asesino de Luis Pérez Juárez ha tranquilizado los ánimos de los taxistas del área metropolitana de Barcelona, aunque no por ello dejaron de reprochar ayer la "poca agilidad" con la que, según afirman, la policía ha detenido al agresor. El portavoz de la Federación Catalana del Taxi, Miguel Ángel Martín, declaró a Efe que la policía tendría que haber actuado antes y recriminó que sólo se tomen medidas para proteger a los taxistas cuando se llegan a situaciones extremas.
El presidente del Sindicato del Taxi de Cataluña (STAC), Miguel Tomás, coincidió con Martín al lamentar que los cuerpos policiales esperen a que se mate a una persona para tomar medidas contra los agresores. "Este hombre", dijo Tomás en referencia al detenido, "llevaba cinco años fuera de la cárcel, fugitivo y viviendo del robo".
El caso vuelve a poner sobre la mesa no sólo el problema de la seguridad de los taxistas, sino también la concesión de permisos penitenciarios, que en ocasiones son aprovechados por los reclusos para huir y seguir cometiendo delitos.
Las movilizaciones de los taxistas en los últimos días y su insistencia en reclamar medidas de seguridad permitieron el pasado viernes arrancar un compromiso de las administraciones -el Gobierno central, la Generalitat y la Federación Catalana de Municipios- para financiar parte de lo que cuesta implantar medidas como mamparas de protección en los taxis o la instalación en toda la flota de Cataluña del sistema de localización GPS. Este mecanismo permite mantener localizados a los taxistas en todo momento desde un centro de operaciones, donde se puede detectar cualquier problema que surja durante el trayecto.
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