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Acuerdo político para que una gran estación en El Prat una el AVE con el aeropuerto

Felip Puig reitera que la Generalitat asumirá el coste añadido

Fumata blanca para el AVE. Carece de fecha en el calendario pero será una gran estación intermodal en El Prat la que haga de cordón umbilical entre el AVE y el aeropuerto. El acuerdo político se alcanzó ayer en una macrorreunión celebrada en la sede del Ministerio de Fomento con presencia de todas las partes implicadas. Respecto a la financiación, el consejero de Política Territorial, Felip Puig, reiteró que el Gobierno catalán financiará la conexión: la estación y la lanzadera.

La satisfacción al término de la reunión era prácticamente unánime porque se había conseguido algo que empezaba a parecer imposible: que el tren de alta velocidad tuviera conexión directa con el aeropuerto en su vía principal, sin bucles o enlaces. Fue un encuentro en el Ministerio de Fomento entre el secretario de Infraestructuras, Benigno Blanco; el consejero de Política Territorial, Felip Puig, y varios de los alcaldes de poblaciones directamente afectadas por el trazado del AVE a su paso por el Baix LLobregat: Jose Luis Morlanes, Celestino Corbacho, Antoni Tejedor, José Montilla y, en representación de Barcelona, el primer teniente de alcalde, Xavier Casas.

El "principio de acuerdo" o "punto de encuentro", expresiones utilizadas ayer al término de la reunión, zanja lo principal pero todavía no despeja un buen número de cuestiones, como el presupuesto, la financiación o el calendario de ejecución y de entrada en servicio.

Según ese acuerdo, el trazado de entrada se realizará por El Prat, donde se ubicará una estación intermodal, y no por Cornellà, que era la opción que defendía Fomento. A esa estación llegará el AVE, los trenes de cercanías y regionales de Renfe, la prolongación de la línea 1 y la futura 9 del metro, y el tren Euromed. Además tendrá una terminal de autobuses. La conexión directa con las dos terminales del aeropuerto -la actual y la que se construirá- se realizará por medio de una lanzadera.

Los pasajeros del AVE, o de los otros trenes, que quieran conectar con algún vuelo en El Prat podrán realizar la facturación del equipaje en la misma estación. Ese servicio ya funciona en la estación de metro de Madrid de Nuevos Ministerios que enlaza con el aeropuerto de Barajas. El próximo 10 de enero se formará una comisión técnica entre las tres partes que deberá concretar excatamente dónde se ubicará la estación de El Prat.

El lugar donde se ubique la estación es esencial porque debe prever el crecimiento del casco urbano de El Prat y la movilidad del área. Está claro que la estación de El Prat será potente una vez se reforme, prácticamente en igual medida que la de Sants. Otras cuestiones que se deberán detallar son si por la estación de El Prat pararán todos los AVE o sólo lo harán algunos de los trenes.

La comisión técnica también deberá concretar el tipo de infraestructura para la lanzadera; si compartirá vía con otros trenes o se prefiera como una independiente. "No se quiere perder tiempo en la concreción de esos aspectos pero se trata de cuestiones técnicas importantes en las que más vale no tener dudas", aseguraban ayer desde el Departamento de Política Terriorial de la Generalitat. Es decir, de no tener que volver a modificar la planificación a posteriori. Eso es lo que ha ocurrido con el trazado del AVE a su paso por el Baix Llobregat y en el enlace con Barcelona. "Hemos perdido dos años pero ahora parece que estamos en la buena vía", precisaba ayer José Luis Morlanes, presidente del Consejo Comarcal del Baix Llobregat.

El consejero de Política Territorial, Felip Puig, precisó que el Gobierno catalán reitera su compromiso de financiar la conexión entre el AVE y el aeropuerto, lo que para él significa asumir el coste de la nueva estación y la lanzadera. No quiso hablar de calendario ni de plazos: "Lo importante es buscar la mejor solución".

El acuerdo alcanzado ayer viene a poner punto final a un constante vaivén de posibles soluciones a la llegada del AVE al aeropuerto de Barcelona. Y, también, a una historia interminable de desencuentros.

El pacto alcanzado en febrero de 2001 entre el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, por el que el Gobierno catalán asumía la construcción del bucle ferroviario al aeropuerto saltó por los aires por su elevado coste. Si la primera estimación de inversión del bucle era de unos 18 millones de euros, la complejidad de la obra al tener que construir un túnel atravesando una zona de humedales disparaba las previsiones. Tanto, que el Gobierno catalán no estaba dispuesto a asumirlo. Así las cosas, el consejero de Política Territorial acabó haciendo suya la propuesta defendida por Barcelona y los municipios del Baix LLobregat: que el AVE llegase directamente al aeropuerto, con la estación en la terminal actual.

Pero la unidad catalana chocó con la frontal oposición de Fomento, que alegó que con ese trazado el AVE tardaría 15 minutos más en su recorrido entre la estación madrileña de Atocha y la de Sants, calculado en dos horas y media. Así las cosas, el Ministerio insistió en la llegada del AVE, por Cornellà, hasta la estación de Sants, y desde ésta, algunos de los trenes podrían retroceder hasta el aeropuerto.

El panorama soliviantó no sólo a las administraciones catalanas -la Generalitat y los municipios afectados, con Barcelona en cabeza- sino a amplios sectores empresariales y profesionales que ven en la conexión entre el AVE y el aeropuerto parte del desarrollo del área de Barcelona y del resto de Cataluña.

En este ir y venir de propuestas, Josep Piqué, ministro de Ciencia y Tecnología y presidenciable del PP en las próximas elecciones autonómicas, tuvo un papel destacado al esbozar una solución intermedia que, en principio, pareció no gustar a nadie y que, finalmente, es sobre la que se está trabajando ahora. Ayer, el ministro manifestó su "satisfacción" por el principio de acuerdo alcanzado.

El secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, destacó la importancia del acuerdo porque permitirá conectar la línea de Alta Velocidad con el aeropuerto sin que se tenga que alargar el trazado principal ni el tiempo de viaje.

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