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Liga ACB | TIROS LIBRES | BALONCESTO
Columna
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Utilidades de un Madrid-Barça

Cosas para las que sirve un Madrid-Barça.

1. Como foco de atención. Da igual cómo estén, no importa lo mucho o poco que se jueguen, si es a principio o a final de temporada, es lo mismo, un Madrid-Barça, sea del deporte que sea, petanca incluida, tiene la capacidad de atraer la curiosa mirada del aficionado propio y ajeno, del simpatizante o del simple mirón. En mayor o menor medida casi nadie es inmune e indiferente a la eterna lucha entre estos dos colosos sociales y desde luego que pocas victorias son mejor recibidas en los respectivos clubes que éstas. Este año ninguno llega sacando pecho pero todos los jugadores saben, o deberían saber, que no es un partido más.

2. Como enfrentamiento estelar deportivo. En esto el listón no está tan alto. La tiranía con la que Madrid y Barcelona dominaban el baloncesto español cada vez parece más lejana. Se han sumado a la fiesta algunos equipos y en lo que se refiere a su valor deportivo sin duda no es el mejor partido que se puede ver hoy en día. Tau y Unicaja presentaron mejor balance la temporada pasada y el Pamesa les ha dado para el pelo a los dos hace bien poco. El Barça mantiene su condición de aspirante a todo, cosa que en el Madrid no se quiere ni oír hablar, lo que seguramente obedece a que ni ellos mismos se lo terminan de creer. Bastante tienen los blancos con su crisis.

3. Como ocasión para liquidar cuentas pendientes. Tampoco en esta faceta viven buenos tiempos los Madrid-Barça. Por si la cosa andaba ya algo alicaída en lo que se refiere a piques, afrentas, odios personales, etc, resulta que Scariolo y Aito ya no están para fulminarse con la mirada, muy educadamente, eso sí, y Djordjevic es historia. Encima Imbroda va y ficha a Alston y Digbeu, antiguos y educados jugadores blaugranas, y Bodiroga se va a Barcelona diciendo que en Madrid y en el Madrid lo pasó fenomenal. Así no hay rivalidades que sobrevivan, aunque siempre nos quedarán Lucio Angulo y Jasikevicius, cada uno a su estilo, para que en un momento dado se produzca un cortocircuito y la cosa se anime.

4. Para ver a fanáticos en el Saporta. Son esos que se acercan al pabellón una vez al año, cuando llega el Barça, no entienden un carajo de baloncesto y se pasan todo el partido insultado hasta al lucero del alba. Es toda una penitencia, que se lleva bien pensando que hasta el año que viene no volverán.

Y 5. Para despedir el año. Esta es una novedad factible por la fecha en la que se disputa. El Saporta se llenará (se supone) y con tanto cuarto, intermedio y tiempos muertos, resulta ocasión ideal para encontrarse y desearse lo mejor para pasado mañana, que el 2003 venga mejor, que con tanto chapapote real y cerebral que anda por ahí lo tenemos bastante crudo, y todas esas cosas. Pues que así sea.

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