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Reportaje:

Telefilmes por un tubo

El sector audiovisual catalán ha producido en 2002 una veintena de películas para televisión

Películas destinadas a la gran pantalla, pocas, la verdad, pero telefilmes, por un tubo. La industria audiovisual catalana parece haber aparcado, de momento, el cine con mayúsculas y se ha volcado en la producción de largometrajes especialmente destinados a la televisión, un género de raigambre en Estados Unidos y muchos países europeos, pero testimonial en Cataluña, y más residual todavía en el resto de España. Las cifras cantan. Este año, las productoras han acometido el rodaje de 25 telefilmes, lo que significa que, a 800.000 euros de presupuesto por término medio, el sector ha invertido unos 20 millones de euros en el negocio. Y, lo que es aún más espectacular, hay otros 170 proyectos en marcha, éstos a la espera de hallar financiación.

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¿A qué responde esta euforia? Los productores coinciden en el diagnóstico: es fruto del nuevo modelo de coproducción establecido por TV-3 -una herencia del mandato de Miquel Puig-, consistente en que en lugar de comprar los telefilmes, como había hecho históricamente, la cadena autonómica participa ahora en ellos como productora aportando una tercera parte del presupuesto. Ello exige la concurrencia de otras empresas o incluso otras televisiones, así como los créditos del Instituto Catalán de Finanzas.

Esta política es la que ha propiciado la avalancha de propuestas fílmicas. El responsable de coproducciones de TV-3, Tom Roca, se muestra optimista, tanto respecto al futuro del formato como a sus repercusiones en el auge del negocio audiovisual. "Vivimos un momento realmente interesante para la producción catalana. Las expectativas son inmejorables. No sólo se están rodando muchos telefilmes, sino que las historias que cuentan son buenas y la calidad del producto, notable", asegura Roca.

Roca explica que ésta es una etapa de tanteo, por lo que respecta a los contenidos de los telefilmes, que van desde el estricto género policiaco de Nines russes a la comedia romántica de Sincopat, o al relato basado en hechos reales, como La dona de gel, telefilme sobre las redes de prostitución de inmigrantes, o Sara, que trata del lamentable asunto de la violencia doméstica. "Hay que descubrir qué tipo de película prefiere nuestra audiencia y, en función de eso, tal vez en el futuro nos definamos más por un género u otro, pero por ahora estamos probando, lo que, para nosotros, está resultando un ejercicio apasionante", cuenta el directivo de la cadena autonómica. La experiencia está resultando, asimismo, un banco de pruebas para directores, guionistas y actores. Por lo general, los directores que se han puesto al frente de esta nueva hornada de telefilmes a punto ya de ser emitidos o en fase de montaje son profesionales formados en la televisión, como Sílvia Quer -entre otras piezas televisivas, ha firmado la mayoría de seriales de la sobremesa de TV-3-, que ha dirigido Sara, o cineastas noveles, por lo común procedentes de la publicidad o incluso autores de cortometrajes. Es el caso de Jordi Marcos, que ha dirigido L'escala de diamants, y de Miguel Milena, director de Sincopat.

Pero también se han puesto detrás de la cámara para rodar telefilmes directores que ya han hecho sus pinitos en el cine. Por ejemplo, Lydia Zimmermann -coautora junto con Agustí Villaronga y a Isaac P. Racine del falso documental cinematográfico Aro Tolbukhin-, que dirige el telefilme La dona de gel; Judith Colell, que llevó a la gran pantalla hace unos años la novela Dones, de Isabel-Clara Simó y ahora realiza Fragments para la televisión, y Pau Freixas, que tiene pendiente de estreno el largometraje Cactus y es el responsable de la realización del telefilme Nines russes.

En los elencos de estas producciones figuran actores veteranos y jóvenes promesas, muchas de las cuales han tenido ocasión de demostrar su talento en televisión e incluso en el cine. Entre los más experimentados está Lluís Homar -que aparece en los carteles de dos telefilmes: Nines russes e Invisibles-, Juanjo Puigcorbé (Cita mortal en el Up & Down) y Sílvia Munt (Fragments). Entre los intérpretes más jóvenes, David Selvas (Nines russes), Bruno Bergonzini (Fragments), Roger Casamajor y Cristina Brondo (Sincopat).

Otra novedad es la lengua de rodaje, que no siempre es el catalán. Eso se debe a la participación en las producciones de televisiones y empresas de fuera de Cataluña. Según Roca, el idioma no es problema, porque TV-3 siempre ofrecerá una versión en catalán -doblada si hace falta-, mientras que, sostiene, para los actores es muy importante la apertura a nuevos mercados, y para los equipos técnicos enriquecedora la posibilidad de trabajar con profesionales de otros lugares. Roca confía en que el interés de la industria por los telefilmes no sea un boom y espera que el formato acabe consolidándose en las parrillas de todas las televisiones.

TV-3 emite 'Nines russes'

Nines russes es el primer telefilme de la cosecha de este año que emite TV-3. La cadena autonómica ha programado esta pieza, dirigida por Pau Freixas y protagonizada por David Selvas y Lluís Homar, el próximo miércoles, día de Año Nuevo, por la noche en horario de máxima audiencia, alrededor de las 21.30 horas.La película, rodada en formato cinematográfico, es un thriller que aborda la aventura de un mosso d'esquadra, Sergi (Selvas), que, atormentado por el sentimiento de culpabilidad por la muerte de un compañero en acto de servicio, se apunta a una misión secreta para desmantelar una red de prostitución dirigida por un jefe de la mafia rusa.En el rodaje de Nines russes, los equipos técnico y artístico contaron con el asesoramiento del Grupo Especial de Intervención de los Mossos d'Esquadra, para garantizar la credibilidad de la producción. Fair Play, productora del cineasta Francesc Bellmunt, es la responsable de la realización del telefilme.

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