Jamaica musical

Está en estado de buena esperanza. Con un éxito rotundo gracias a su último trabajo, Soy yo, y esperando su primer hijo.

¿Es usted más de playa o de montaña?

Yo, de mar, sin dudarlo; uno de los lugares a los que más he viajado ha sido al Caribe. Me encanta su clima.

¿Y en qué lugar se ha encontrado mejores playas?

Jamaica es uno de mis destinos favoritos. He estado en tres ocasiones, las playas son un paraíso y es una isla en la que hay música por todas partes las 24 horas del día.

Ya, y además tienen una marihuana estupenda...

Sí, pero no fumo. Bueno, sólo algún cigarro de vez en cuando. Me tengo que cuidar la voz.

Y donde mejor se la cuida es tumbada al sol, ¿no?

Tampoco es que haya tenido muchas vacaciones en mi vida, he currado mucho. Pero sí que me he dado el placer de conocer lugares como las islas Vírgenes o Antigua.

Y cuando no se decide por los rayos solares...

Lo que más puede gustarme es ir a Nueva York. Creo que cuando se va allí es fundamental instalarse en un buen hotel. Yo suelo invertir mucho en eso, y elijo zonas lujosas y tranquilas en el uptown.

¿Qué le ofrece la ciudad

Muchísima energía, amigos músicos con los que he grabado y, sobre todo, que está llena de tiendas.

¿Dónde están sus favoritas, esas que nunca se pierde?

En el Soho. También me encanta la zona de la Segunda Avenida con Broadway. Me gusta mucho una tienda que hay en la Quinta Avenida que se llama Henry Bendell, en la que puedes comprar desde ropa variada, todo tipo de cosméticos e, incluso, chocolate.

¿Hay algún objeto adquirido en esos viajes del que se sienta especialmente orgullosa?

En una de las galerías de arte del Soho encontré una fotografía de Marilyn Monroe. Era de la última sesión que concedió la actriz antes de morir. Está guapísima y decidí comprarla. Es uno de mis objetos favoritos.

¿Tiene alguna simbología especial para usted?

Simplemente que la belleza también puede morir. Pero, a la vez, queda para la posteridad en un cuadro maravilloso.