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Crítica:PREMIOS DE POESÍA | LOS PREMIOS DEL AÑO ELIGEN LOS LIBROS DE 2002 | Los mejores del año
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Letras de mejor estirpe

CARLOS MARZAL. Premio Nacional de Poesía y Premio de la Crítica por Metales pesados (Tusquets).

Santa deriva (Visor), de Vicente Gallego. Se trata de la voz más honda de uno de los mejores poetas en activo. Un cántico emocionado a la existencia y a la magia de vivir, hecho desde la magia de la palabra emocionada. La demostración de que la gran poesía no se cuida de escuelas, ni de generaciones, ni de estilos, porque sólo se atiende a sí misma, y se regala a su mejor lector.

MIGUEL ÁNGEL VELASCO. Premio Loewe por La miel salvaje (Visor lo publicará en primavera).

El mejor libro de versos publicado este 2002 es Santa deriva (Visor), de Vicente Gallego. Poesía de raíces y asombros, acerada y luminosa, razonadora a la par que visionaria, de dicción robusta, donde el pensamiento es vuelo; poesía de la mejor estirpe, destinada a no morir.

GUILLERMO CARNERO. Premio Fastenrath de la RAE por Verano inglés (Tusquets).

El conjunto de inéditos de José Hierro que se ha publicado con el título de Guardados en la sombra (Cátedra) me parece destacable por reunir ensayos (sobre poética propia y tendencias de la poesía española de posguerra), experimentos teatrales, cuentos y poemas, todo lo cual nos ayuda a comprender mejor el significado y la trayectoria de su obra.

ANDRÉS NEUMAN. Premio Hiperión de Poesía por El tobogán.

La geometría del amor (Emecé), de John Cheever, es una necesaria antología que recopila algunos de los mejores cuentos de quien fue un maestro del relato contemporáneo, que viene a cubrir una laguna: hacía años que no podía encontrarse una traducción en nuestras librerías. Sólo mencionaré dos textos, que ya merecen su compra: La geometría del amor y El nadador. En ambos queda de manifiesto la alta búsqueda literaria de Cheever: una especie de salvación por la idea, una epifanía de la razón que da lugar a una mejor comprensión del mundo, al tiempo que conmueve y da sentido a la escritura. En medio de estas historias suburbiales, el lector encontrará una voluntad de utopía (aunque sea frustrada) y una invitación al viaje interior. La traducción de Aníbal Leal es limpia, mientras el prólogo y las notas de Rodrigo Fresán resultan esclarecedoras, consiguiendo retratar a este narrador sencillo y a la vez misterioso.

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