Kárpov doblega por fin a Kaspárov

Anatoli Kárpov, de 51 años, ha tenido que esperar 18 para superar en un duelo (encuentro de varias partidas) por primera vez a su encarnizado rival Gari Kaspárov, quien cumplirá 40 en abril. Ocurrió el viernes en Nueva York, donde ambos rusos se enfrentaron a un ritmo electrizante, que llegó a las dos jugadas por segundo. Kárpov, aún entre los mejores, se impuso por la mínima (2,5-1,5) a Kaspárov, todavía el número uno.

Ya no se odian ni se necesitan, como ocurría entre 1984 y 1990, cuando batieron el récord de rivalidad en la historia de todos los deportes: más de 600 horas enfrentados en un escenario y miles de horas más pensando en el otro de manera obsesiva, rodeados de tremendas presiones políticas, sólo comprensibles para los sovietólogos. Pero los dos gladiadores del tablero siguen cautivando a los aficionados; en este caso a los que llenaban la sala de Nueva York, así como a muchos inter-nautas que siguieron en directo las partidas, en la modalidad de 25 minutos para cada jugador.

La clave estuvo en la tercera, con el marcador 1-1, cuando Kárpov hurgó en el punto débil de su adversario, como hizo el también ruso Vladímir Krámnik cuando destronó a Kaspárov en el Mundial oficioso de 2000: provocando una posición muy sosa, un muermo que saca de quicio al Ogro de Bakú, siempre ansioso por lanzarse al ataque. Kaspárov sólo cometió una pequeña imprecisión, suficiente para que Kárpov hiciese honor a una de las frases que mejor le definen -"Es capaz de sacar agua de una piedra"- y ganase de manera implacable. Kaspárov intentó resarcirse en la cuarta, pero se estrelló contra la rabia de Kárpov, decidido a lograr lo que acarició en 1984 y 1987.

El primero de esos dos antecedentes marca una de las grandes incógnitas de la historia del ajedrez. Kárpov ganaba por 5-0 el Mundial de Moscú (se jugaba a seis victorias, las tablas no contaban) y se empeñó en no arriesgar para lograr un 6-0 que causase un trauma vitalicio a Kaspárov. Cuando éste remontó hasta el 5-3, después de cinco meses de pugna y con ambos ajedrecistas agotados, el filipino Florencio Campomanes, presidente de la Federación Internacional (FIDE), canceló el duelo sin vencedor bajo presiones de los protectores políticos de ambos finalistas. Tras perder los Mundiales de 1985 y 1986, Kárpov llegó con ventaja de 12-11 a la última partida del de 1987, en Sevilla. Pero la perdió, y Kaspárov retuvo el título porque el reglamento favorecía al campeón en caso de empate final.

Desde 1975, cuando Kárpov derrotó en una exhibición de simultáneas al adolescente de 12 años Gari Kímovich Kaspárov, ambos se han enfrentado 177 veces, con 31 victorias para Kaspárov, 22 para Kárpov y 124 empates. Pero estas cuatro partidas de Nueva York han sido muy especiales para Kárpov, quien combina sus torneos con el trabajo de embajador de UNICEF para el Este de Europa: por fin ha hecho lo que debió hacer 18 años atrás.