Dee Brown, historiador que cambió la visión de la conquista del Oeste
Dee Brown, historiador de Estados Unidos que cambió el punto de vista de la conquista del Oeste y dio por primera vez voz a los indios y sus culturas en su famoso libro Bury my heart at Wounded Knee (Enterrad mi corazón en Wounded Knee, 1970), murió la pasada semana en su casa de Little Rock, Arkansas, a los 94 años, de un fallo coronario.
Dee Brown, que denunció el maltrato históricamente recibido por los nativos americanos en sus libros de investigación, fue bibliotecario de formación e historiador y novelista de vocación, y escribió, solo o como coautor, más de 30 libros sobre el Oeste americano en una carrera que duró seis décadas. Su libro más vendido, Bury my heart at Wounded Knee, cuenta la historia de cómo el Oeste fue conquistado desde el punto de vista de los nativos americanos del siglo XIX, testigos de la mayor batalla entre tropas de EE UU y tribus indias en Wounded Knee, Dakota del Sur.
El libro cambió la percepción popular de la historia de la conquista del Oeste, se vendieron más de 5 millones de ejemplares y fue traducido a 15 idiomas. Ayudó a cambiar el punto de vista académico sobre el tema, allanando el camino a los llamados historiadores del Nuevo Oeste, más proclives a ver opresión que triunfo en la forma en que se dominó el Oeste.
"Todos los historiadores que se formaron desde los setenta eran muy conocedores del libro, afirmó el profesor C. Fred Williams, un experto del Oeste americano de la Universidad de Arkansas, en Little Rock. "El efecto de ese libro fue sobre todo dar voz a los indios, quienes siempre eran parte importante del Oeste, sobre todo como objeto indirecto. Dee Brown les convirtió en objeto directo y les hizo hablar de tú a tú con los blancos", añade Williams.
Brown escribió ensayos muy documentados sobre la construcción de los ferrocarriles americanos y las mujeres pobladoras del viejo Oeste. También escribió una docena de novelas, la más notable de todas, Creek Mary's Blood (1980), una historia generacional de la travesía hacia el Oeste de una familia india.
Bury my heart at Wounded Knee fue la culminación de la fascinación que sintió por la historia del Oeste, y que comenzó cuando era un chico en Arkansas. Se desplazó desde donde nació, en Alberta, hasta Ouachita County, en Arkansas, tras la muerte de su padre, cuando tenía cinco años. Su abuela materna, que le cuidó mientras su madre trabajaba en una tienda, le contaba cuentos de la guerra civil y del amigo de su padre, Davy Crockett, el legendario hombre del Oeste.
Muchos de sus amigos de infancia eran nativos americanos, cuyos padres trabajaban en instalaciones petrolíferas de la zona. Uno de estos amigos le dijo en un cine que los que salían en la pantalla "no eran indios de verdad y que la industria los hacía aparecer siempre como los malos". Brown comenzó a leer todo lo que encontró sobre los indios.
Después de ir a la Little Rock High School, Brown trabajó como editor y reportero del Harrison Ark. Times. Más adelante entró en el Arkansas State Teachers College, donde trabajó como bibliotecario para pagarse sus estudios. Tras la depresión de 1929 pasó por 50 trabajos diferentes y volvió a ser bibliotecario en Washington, Beltsville y Maryland. Tras la guerra, Brown fue jefe de la biblioteca de agricultura de la Universidad de Illinois, donde se graduó en biblioteconomía y se hizo profesor hasta que se jubiló, en 1972. Estuvo más de dos décadas volviendo a los territorios de Arkansas.
Brown empezó en 1930 a publicar historias en revistas. Su primer libro, publicado en 1942, fue una novela basada en la vida de Davy Crockett, Wave high the Banner. Escribió más de una docena de libros, antes de su gran obra, Bury my heart at Wounded Knee. "No es un libro agradable", escribió Brown en la introducción de su libro, de 446 páginas, que toma su nombre de la masacre ocurrida en tal lugar en 1890. Cuatro días después de la Navidad de ese año, tropas del 7º de Caballería se toparon un campamento con 300 sioux, les confiscaron sus armas y luego asesinaron a más de 150, incluyendo a mujeres y niños. El libro surge de una recopilación de discursos de indios del siglo XIX que Brown hizo durante años. Quedó tan tocado por la belleza de las palabras de los jefes indios traducidas al inglés que pasó años buscando sus identidades.
Sus últimas investigaciones le llevaron a decir que el Oeste fue conquistado gracias a un genocidio. "Lo que más me sorprendió y me hirió fue cuánto confiaban los indios en el hombre blanco, una y otra vez. Su confianza en los jefes blancos era sorprendente. No podían creerse que les engañasen", dijo en el New York Post en 1971. Brown tardó dos años en escribir el libro. Perseveraba diciéndose cada noche: "Soy un indio muy viejo, y estoy rememorando el pasado". Tuvo detractores y entusiastas, pero demostró con datos y documentos, que "las guerras contra los indios no fueron misiones civilizadoras, sino guerras muy sucias," escribió Peter Farb en New York Review of Books. Brown deja una hija, Linda, y un hijo, James Nitchell.-
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