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Reportaje:NBA | BALONCESTO

Nueva Orleans, trampa festiva

Las múltiples diversiones de la ciudad 'debilitan' a los rivales de los Hornetts

El baloncesto es uno de los deportes que más se presta al análisis. Cualquier entrenador podría escribir un tratado a partir de las estadísticas. Decenas de variables se ponen a su servicio para sacar las líneas maestras que definen a un ganador o un perdedor. En los Hornets de Nueva Orleans han descubierto otro aspecto que puede influir en el desenlace de sus partidos. Nada que ver con los tiros, las posesiones, los rebotes... La franquicia, recién mudada desde Charlotte, cree que su buena trayectoria como equipo local se debe, entre otras causas, a los atractivos de la ciudad que le acoge.

De los doce partidos que los Hornets han disputado en su cancha sólo han sido derrotados en uno. El último finalizó con un contundente triunfo sobre Los Ángeles Lakers. La diferencia entre Nueva Orleans y Charlotte es enorme. La media de espectadores ha subido en unos 3.500. Además, mientras que la nueva sede es una de la ciudades estadounidenses con más ajetreo nocturno, en la antigua es difícil encontrar un sitio para cenar a partir de las diez de las noche. Nueva Orleáns se ha convertido en uno de los destinos más apetitosos de los equipos de la NBA, ávidos de disfrutar de los atractivos que presentan sus veladas. "Hay multitud de distracciones aquí, muchas cosas que puedes hacer. Si nuestros rivales quieren disfrutar de ellas, es algo que nos puede venir bien, ¿verdad?", comenta David Wesley, el base.

Ciudad de origen francés e influencia española, Nueva Orleans, la reina del Mississipi, es uno de los lugares más pintorescos de Estados Unidos. La capital del jazz es, por ejemplo, la única en la que está permitido beber en la calle. Toda una tentación para los jóvenes jugadores que aterrizan en ella un día antes del encuentro y que no están regidos por estrictos regímenes de concentración. Bourbon Street es su calle más famosa: locales de jazz, discotecas, antros de strip-tease, salas de drag- queens, bares de copas... Desde el 6 de enero, Nueva Orleans prepara ya su Carnaval, uno de los más famosos.

A un corto paseo desde el pabellón se encuentran varios de los mejores casinos del país. No todos los días se puede jugar a la ruleta, al póker o al black-jack a bordo de uno de los viejos barcos de vapor. Algunos jugadores ya han sido vistos alrededor de las mesas de juego. El resultado, estrellas que han tenido más tino lanzando dados la noche anterior que durante el partido tirando a canasta. El último que ha sido pillado con los dados en la mano ha sido Vince Carter, del Toronto Raptors.

No es la primera vez que esta ciudad tiene un equipo. Antes de que se trasladara a Utah, era la sede de los Jazz. George Karl, ahora técnico del Milwaukee Bucks, recuerda: "El pabellón era horrible, pero lo mirábamos con otros ojos porque sabíamos que luego venía lo bueno. Pienso que los jugadores de hoy son más profesionales y sabrán manejar mejor tanta diversión".

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