La foto de Magdalena por la de Marilyn
La princesa Magdalena de Suecia, o más propiamente el atrevido y no menos atractivo escote del vestido rojo que lució durante la fiesta de los Nobel que culminó el dia de entrega de los famosos premios, el pasado martes, fue la nota dominante de esa noche. Tanto, que se constituyó en el motivo central de conversación, y no menos en el centro de las miradas, entre los invitados al Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo, así como en los comentarios de quienes vieron la ceremonia a través de la televisión o en las fotografías de la prensa. Los fotógrafos se esmeraron en captar los aspectos más llamativos del cuerpo de la princesa, que fueron generosamente expuestos para ello con riguroso equilibrio respecto a los límites en la exhibición de la belleza física. Los diarios y las agencias de fotos están recibiendo abundantes pedidos de copias ampliadas de la princesa, por parte de sus lectores masculinos que, según todo indica, van a sustituir la clásica foto de Marilyn Monroe que adorna la habitación de muchos de los solteros del mundo. La entrada de la princesa en el Salón Azul produjo un silencio significativo entre los 1.300 asistentes y cortó el aliento a más de uno. No existe constancia, sin embargo, de que exista una clara relación entre su presencia y los trastornos del ritmo cardiaco que sufrió alguno de los premiados más veteranos, que no tuvo consecuencias. Un detalle ensalza todavía más los dones naturales de Magdalena: el vestido que llevaba significó su estreno como diseñadora, un arte que le atrae y para el que también ha demostrado talento.-
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