Bolsa de Valencia estima una mejora de resultados del 20% sobre 2001
La inmensa mayoría de los inversores han sufrido severas pérdidas en bolsa a lo largo del presente ejercicio, pero Bolsa de Valencia, la sociedad que gestiona el mercado valenciano, estima alcanzar unos beneficios a final de año en torno a tres millones de euros, una mejora del 20% respecto al año anterior, según uno de los máximos responsables de la entidad.
La sociedad holding constituida este año para gestionar los cuatro mercados españoles, las bolsas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, apenas ha empezado a funcionar, pero sus efectos ya se han hecho notar en los resultados de su socio más humilde.
Los beneficios de Bolsa de Valencia dependen del número de operaciones cerradas, no de la evolución de los índices, y la posibilidad de contratar valores que cotizan en otras plazas a través de los operadores asociados en el mercado valenciano ofrece mayores posibilidades de expansión en el futuro.
A lo largo de 2002, Bolsa de Valencia acumula movimientos de compra y venta por valor de casi 20.000 millones de euros. Durante 2001, apenas se cerraron operaciones por 12.000 millones de euros.
El aumento del movimiento de capital está directamente relacionado con la incorporación de agentes y sociedades de valores que operan en el mercado valenciano, 16.
Un 5% del mercado
En la actualidad, el volumen del mercado valenciano por movimientos de capital representa apenas el 5% del conjunto estatal, según la misma fuente. Barcelona mueve en torno al 20% de las operaciones de compra y venta, Bilbao cerca de un 15% y Madrid el 60% restante. Pero la nueva organización de los mercados y la sociedad conjunta que da sus primeros pasos pueden modificar esas proporciones. La tradición es el único lastre para el crecimiento de los mercados periféricos, puesto que todas las operaciones de compra y venta de valores en España se pueden gestionar desde cualquiera de las cuatro plazas.
La mejoría de los resultados de Bolsa de Valencia despeja los problemas asociados a la implantación del mercado de futuros citrícola, que nunca ha logrado arrancar. Un responsable de la sociedad atribuye el fracaso del experimento en el mercado de futuros a dos factores esenciales. Por un lado, nunca hubo referencias previas para los inversores que dudan sobre la solvencia de sus inversiones cuando compran las cosechas del próximo ejercicio.
Por otra parte, los cítricos son perecederos. El mercado de futuros en productos como los cereales o el café, que se pueden conservar para ofrecerlos cuando los precios de mercado se ajustan a las estimaciones invertidas al comprar cosechas venideras, permite unos márgenes de maniobra en la gestión del producto que no admiten los cítricos.
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