_
_
_
_
Entrevista:JORGE VALDANO | Director deportivo del Real Madrid | Copa Intercontinental: Real Madrid-Olimpia de Asunción | FÚTBOL

"Todos los equipos juegan a robarnos la gloria"

Santiago Segurola

El Real Madrid tiene ante sí un nuevo reto: conquistar su tercera Copa Intercontinental. La magnitud del desafío contrasta con la situación deportiva del equipo, inmerso en una racha de sólo dos victorias en los últimos 13 partidos y tres encuentros consecutivos sin marcar. Y eso pese al impacto que de sólo mirarla produce la plantilla más luminosa del planeta. Es a Jorge Valdano, el director deportivo del club, al que le toca responder de esa contradicción actual.

Pregunta. ¿Qué diagnóstico hace de este Madrid?

Respuesta. Estamos en un momento de construcción de una parte importante de la historia del club. Hablamos de tres Copas de Europa en un periodo de cinco años, una conquista contundente en términos históricos. Teniendo en cuenta la categoría de la plantilla, estamos bien situados para mantener esta trayectoria. Por tanto, las noticias son buenas cuando se mira con perspectiva: por resultados, por la imagen de marca del club, porque el Madrid ha retornado al liderazgo mundial y porque hay una cierta serenidad económica. Por lo que respecta al aquí y ahora, al detalle, es cierto que al equipo le falta contundencia.

"¿Ronaldo? El mal momento de un equipo lo puede provocar un medio, no un nueve"
"El problema es que los titulares son demasiado titulares y los suplentes, demasiado suplentes"

P. ¿Cómo es posible esa falta en un equipo con los mejores jugadores de ataque del mundo?

R. Probablemente el Madrid sufra más que nadie la lacra de un calendario atroz. Nuestro jugador medio disputa 65 partidos al año, y no hay menos de 15 futbolistas que acudan regularmente a sus selecciones. Todo eso tiene un coste físico y mental. Otro elemento tiene que ver con la celebridad del equipo. Los rivales nos esperan para disputar un partido histórico. Todos juegan a robarnos la gloria. Para cada uno de ellos es un partido histórico, pero al Madrid le obliga a jugar 65 partidos históricos por temporada. Todos sabemos que eso no es posible. No se puede jugar siempre en estado de euforia. La euforia es algo excepcional. Tenemos que equilibrar esta situación desde la calidad técnica.

P. Eso ha ocurrido siempre.

R. No discuto que hay una aureola romántica, mítica alrededor del Madrid, pero ahora se ha incrementado por la celebridad de los jugadores, por los nombres propios. Hace diez, 12 años, el Madrid acudía a Milán con la sensación de que se enfrentaba al gran referente del fútbol mundial. La pasada semana jugamos en San Siro y la relación había cambiado completamente: era el Milán el que veía al Madrid como el principal referente del fútbol actual.

P. ¿No es un equipo con unos suplentes que impiden una rotación digna?

R. La rotación ha sido una solución para muchos equipos y una condena para otros. El problema es que los titulares del Madrid son demasiado titulares. Eso tiene un revés: los suplentes son demasiado suplentes. Es difícil pasar dos meses inactivo y encontrar el ritmo y el juego adecuado en el Madrid.

P. Pero es un modelo elegido muy conscientemente por el club.

R. Evidentemente es un perfil muy marcado. Pero a veces nos dejamos llevar por las impresiones más que por la realidad. El curso anterior, que parecía que vivíamos siempre al borde la crisis, el Madrid ganó la Liga de Campeones, fue finalista de la Copa y no abandonó la lucha por la Liga hasta tres jornadas antes del final.

P. ¿Vive entre contradicciones su puesto de director general y la defensa de lo que antes denominaba como la naturaleza del fútbol?

R. Hay momentos en que me siento el cuidador del Parque Jurásico, la persona que se encarga de defender lo que el fútbol tiene de salvaje, de atávico, con unos códigos muy concretos. Pero también sé en qué mundo vivimos y hacia dónde camina el fútbol. El riesgo es que a veces se atacan valores cruciales del juego. Es necesario tener cuidado y no confundirse de objetivo, que es el éxito deportivo. Al principio y al final de todo, hay un partido. El negocio tiene que crecer todo lo que podamos imaginar, pero sin que pise la hierba.

P. ¿Y no la pisa ya?

R. No, todavía no. El fútbol habrá cambiado en muchas cosas, pero cuando un jugador recibe un balón tiene los mismos problemas que encontraba Di Stéfano hace 50 años. La diferencia está en el antes y después de los partidos. Ahora no hay tiempo de asimilar y sacar consecuencias. La dinámica tiene ciertos lados perversos. Me parece que la Copa Intercontinental tendría que ser la fiesta que se dan los triunfadores de Europa y América. Sin embargo, ocurre lo contrario: es un castigo con este calendario, en estas fechas, peleándonos con los viajes, con otros clubes. Ésa es la parte a controlar.

P. ¿Se siente cómodo como ejecutivo?

R. Soy ansioso por naturaleza y tengo la oportunidad de vivir en medio del cambio del fútbol y del cambio del Madrid.

P. ¿Ha tenido que renunciar a algo para aceptar el actual modelo de equipo?

R. En absoluto. Toda la vida he sido un partidario de los cracks. Me enamoro a primera vista de los grandes jugadores, y los que han llegado son fascinantes. Con mis ideas, habría sido más forzado decir que no al fichaje de Ronaldo o Zidane. Por otro lado, el club marca una estrategia y los ejecutivos tenemos que llevarla a cabo.

P. ¿Se han generado tensiones por la estrategia de fichajes?

R. Mi interlocutor directo es el presidente. En las distancias cortas, no tiene aristas de filo. Es difícil emplear la palabra tensión o discusión para referirse a él. Ha habido momentos de debate que no han producido tensiones.

P. ¿Qué era más necesario: Ronaldo o un central y un medio?

R. El delantero centro era una necesidad. Eso no se discute. El pasado año sólo estaba Morientes. Cuando se lesionó, tuvo que entrar Guti como delantero improvisado. Es tan bueno que hace bien incluso aquello para lo que no nació. Ronaldo llegó a cubrir un hueco. Con el fichaje de Zidane entendimos que el volumen de producción de juego en el medio campo era más que suficiente. La llegada de Cambiasso podía darnos más agilidad. El problema podía estar atrás. Se retiró Sanchís y se fueron Julio César, Iván Campo y Karanka. Ahí sí que hemos asumido un riesgo, menor de lo que la gente cree. Hay gente que no creía en Pavón. Yo pienso que ahí tenemos un buen jugador. Con Hierro en activo será más fácil el aprendizaje de Rubén, un central poderoso, ágil, un punto desordenado. Hierro puede influir mucho en él. Y la inclusión de Helguera en la defensa ha sido excelente. Debo aclarar que el mercado ofrece pocos centrales, al menos a precios razonables. Entre pagar 40 millones de euros por Ronaldo y pagarlos por Cannavaro o Nesta, soy de la vieja escuela: los millones para crear.

P. ¿Por qué Ronaldo y no Hernán Crespo?

R. El Madrid está dispuesto a hacer un sobreesfuerzo por un Balón de Oro. Crespo, que es un delantero soberbio, está en la escala de Helguera o Morientes, pero con el doble de ficha. En esas condiciones, preferimos a Ronaldo.

P. ¿Siente que cuando gana el Madrid gana Florentino Pérez y que cuando pierde el que pierde es Valdano?

R. Nunca me gustó el papel de víctima. Uno de los elementos más importantes es marcar la frontera entre el presidente, el director general y el entrenador. En el Madrid se ha logrado. Mi misión es aportar confianza y seguridad al entrenador por un lado, y fortalecer al presidente, por otro. Si se habla bien de Florentino Pérez se habla bien del proyecto. Hay una parte de mi trabajo que no parece muy visible. En este tiempo sólo han llegado dos jugadores -Zidane y Ronaldo-, pero se han ido 24 futbolistas, y además en tiempos de crisis en el mercado. En tres años han debutado ocho jugadores de la cantera. Todo eso es la parte oculta del iceberg.

P. ¿Por qué esta falta de goles?

R. El gol es hijo del juego o de los especialistas. En las últimas temporadas hemos tenido al especialista, Raúl, y el juego, a pesar de las irregularidades. El Madrid ha sido el máximo goleador en Europa en los dos últimos años. No hemos marcado goles en los tres últimos partidos, así que falla el juego o los especialistas, pero yo lo veo como algo episódico. Raúl está en la mejor edad y hemos contratado a Ronaldo, nada menos.

P. ¿Hay una falta de química de Ronaldo con el equipo?

R. El feeling tiene que ver con los goles, con los resultados. Ronaldo ha atravesado dos problemas: no ha tenido pretemporada y su entrada ha coincidido con un mal momento colectivo.

P. ¿Provocó Ronaldo ese mal momento?

R. No, eso lo puede hacer un centrocampista, pero no un delantero centro.

P. ¿Es difícil la gestión con un jugador como él?

R. La disposición de Ronaldo a las pautas del club es ejemplar. Quería un fisioterapeuta y el club le dijo que no admitiría en el vestuario a profesionales ajenos al club. La conversación duró un minuto. Todos los jugadores se creen especiales, pero es que los superclases realmente lo son. Conviene respetarles su naturaleza, siempre y cuando no entren en confrontación con los valores institucionales. Eso no se ha producido.

P. ¿El fichaje de Ronaldo dejó el cadáver de Morientes por el camino?

R. A este nivel, el fútbol vive de la competencia externa e interna. Morientes tiene que luchar por el puesto con uno de los mejores del mundo. Eso lleva implícito el espíritu de superación. Morientes no es un cualquiera. No llega desarmado a esta lucha.

P. Se comienza a cuestionar a Del Bosque.

R. En el Madrid es anormal que el entrenador no esté cuestionado. Parece parte de las obligaciones históricas de esta casa. Yo haría el ejercicio de leer la prensa no ahora, sino tres años antes de Del Bosque, para entender que los entrenadores vivían al borde de la catástrofe. Es posible que a Del Bosque se le critiquen ciertas decisiones, pero no genera dudas en el club. En estos tres años, el periodismo no suplanta al club en la toma de decisiones. Sabemos claramente la dirección a tomar.

P. ¿Se ve mejor el fútbol desde el despacho o desde el césped?

R. Desde dentro de la cancha, pero eso ya no es posible. El fútbol es maravilloso desde cualquier lugar, aunque sólo es incomparable cuando se es jugador.

P. ¿Tiene establecida la fecha de caducidad como ejecutivo?

R. Salvo como jugador, mi tendencia es a premeditar poco. No hago planes. Pueden ocurrir dos cosas, que deje de interesarme lo que hago o que yo deje de interesar. Me siento cómodo: con la cantera, con el vestuario, con el entrenador y con el presidente.

P. ¿Hasta qué punto se ha producido un cambio en el club?

R. Desde dentro da la sensación de club ordenado y sólido. Eso se nota cuando pierdes. Las derrotas apenas producen turbulencias en el club.

Jorge Valdano, en las gradas del estadio Santiago Bernabéu.
Jorge Valdano, en las gradas del estadio Santiago Bernabéu.RAÚL CANCIO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_