El frío y el viento desaniman a los esquiadores en el estreno de la temporada

El frío y las fuertes rachas de viento en las cotas más altas empañaron el estreno de la temporada de esquí en la mayoría de las estaciones catalanas que decidieron abrir sus instalaciones este fin de semana. La afluencia a las pistas fue menor de lo que se esperaba, pero no por falta de nieve, sino por las duras condiciones meteorológicas, con temperaturas de hasta ocho grados bajo cero y nevadas que dificultaban la visibilidad. Los esquiadores tendrán que esperar una semana más para poder disfrutar de las emociones de un deporte que en Cataluña practican cerca de dos millones de personas.

Las últimas nevadas habían dejado en las estaciones del Pirineo de Lleida, como Boí-Taüll, Espot Esquí y Port Ainé, espesores de entre 30 y 100 centímetros de nieve, suficientes para satisfacer las exigencias de los esquiadores más impacientes. La estación más madrugadora fue la de Port Ainé (Pallars Sobirà), que arrancó el viernes con el aliciente añadido de que los forfaits eran gratuitos. El sábado acudieron a las pistas de estas tres estaciones una media de 1.000 esquiadores, la tercera parte de lo que suele ser habitual en una jornada normal, y ayer domingo la afluencia fue similar.

La estación de Baqueira-Beret, la más grande de todo el Pirineo, no pudo abrir sus instalaciones el sábado como tenía previsto, pero sí lo pudo hacer ayer en 14 de sus pistas tras amainar el fuerte viento que sopló el día anterior. El complejo aranés no es el que mejores espesores de nieve tiene en estos momentos, aunque si persisten las bajas temperaturas se espera que mejoren para el puente de la Inmaculada gracias a su extensa red de producción de nieve artificial.

Las estaciones de Port del Comte y Tavascan abrirán el 6 de diciembre, al igual que las de esquí de fondo a excepción de Lles, que abrió el sábado con el forfait gratuito. En la provincia de Girona se pudo esquiar en las estaciones de Masella, Vallter 2000 y La Molina, aunque el fuerte viento impidió la apertura de muchas de sus pistas y disuadió a muchos aficionados.

A pesar de este inicio flojo de temporada, los responsables de las estaciones catalanas de esquí prevén una campaña excelente hasta pasadas las fiestas de Navidad, como lo demuestra el gran número de reservas hoteleras efectuadas para esas fechas, en las que se cree que habrá muchos problemas de alojamiento. Esta temporada esperan recibir 2,4 millones de visitantes, 30.000 más que en la anterior, según datos facilitados por la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Montaña (ACEM).

Por su parte, el Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida, que promociona las 11 estaciones de la provincia bajo la marca Neu de Lleida, confía en vender 1,3 millones de fortaits. El impacto económico de las actividades relacionadas con el esquí será en Lleida de 216 millones de euros (unos 36.000 millones de pesetas). Más de la mitad del negocio será para la hostelería y sólo el 13% irá a parar a las propias estaciones por la venta de entradas. Esta demarcación ofrece la superficie esquiable más extensa de España, con un total de 580 kilómetros de pistas. Las estaciones leridanas han invertido este año un total de 15 millones de euros en la mejora de sus instalaciones, sobre todo en cañones para fabricar nieve y en nuevos remontadores.