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Reportaje:

Más que alternativas, contemporáneas

Las salas de teatro de pequeño aforo brindan múltiples ofertas de jóvenes dramaturgos y también de afamados autores

Las salas de teatro de pequeño aforo brindan múltiples ofertas de jóvenes dramaturgos y también de afamados autores

Las salas de teatro alternativo han dejado de ser un santuario para los escritores noveles, que reconocen casi imposible el salto a la cartelera comercial. Ni el refugio para los que buscan representar su obra en un lugar más grande que el garaje familiar y para un público más extenso que el puñado de amigos.

A estos teatros de aforo reducido -unas cien butacas- se les está cayendo el adjetivo de "alternativos" desde que han abierto sus puertas y brindado sus escenarios a dramaturgos de renombre. Este mismo mes, textos de figuras como Miguel Albadalejo, también director de cine, la escritora Elvira Lindo o Sergi Belbel, director del Centro Dramático de la Generalitat de Catalunya, se representan en salas de este tipo.

"Sin llegar al maximalismo de que de jóvenes somos incendiarios y con la edad nos hacemos bomberos, lo que sí creo es que en los inicios todos somos alternativos", apunta el director del reputado Teatro de la Abadía, José Luis Gómez.

Este dramaturgo y actor reconoce sus principios alternativos, que fueron desapareciendo con el "devenir vital y profesional". "Ese devenir nos aposenta en alguna forma de convención que nos lleva a cierto conservadurismo, y esta ley de vida afecta al teatro y a las salas alternativas de hoy", añade el director e intérprete de Memoria de un olvido. Cernuda, 1902-1963.

Otro punto a favor de las producciones de estos teatros es su precio, algo que el público agradece. "Mucha gente se ha dado cuenta de que puede ver algo de calidad pagando una entrada modesta", apuntan desde las propias salas, que no se conceden tregua ni en el mes de diciembre que ahora comienza. La cartelera incluye varios montajes de nombres populares, que comparten escenario con otros de autores casi desconocidos, por aquello de seguir dando oportunidades a los que empiezan.

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Así, Cuarta Pared tiene en cartel la obra Cuando todo termine, del escritor y director Emilio del Valle. Los protagonistas son Peter y Alicia, dos jóvenes que hablan de amor y amistad dentro de un búnker durante un conflicto bélico (Ercilla, 17. De viernes a domingos, 20.30). El teatro Alfil (Pez, 10. De martes a sábados, 22.30, y domingos, 20.30) opta por el humor de Ataque verbal, un texto de Miguel Albadalejo y Elvira Lindo, que ha sido adaptado del guión cinematográfico que lleva el mismo nombre. "La obra habla de la incomunicación en las relaciones humanas y la soledad a pesar de la verborrea que nos envuelve", dicen sus autores.

En la sala Pradillo (Pradillo, 20), la compañía Matarile se despide hoy (20.30) con el montaje A brazo partido, que dirige la actriz Ana Vallés. Se trata de un espectáculo cargado de humor y compuesto de retazos de coreografías y textos.

Ensayo 100 (Raimundo Lulio, 20; de jueves a domingos) representa Caricias, de Sergi Belbel. En un compendio de diez historias cortas y un epílogo, este conocido dramaturgo cuenta los problemas de soledad e incomunicación de una pareja.

Y éstos son sólo algunos ejemplos de la cartelera "alternativa" -nutrida en el centro y la periferia de una quincena de salas-, que se renueva o incorpora nuevos montajes cada semana, hasta llegar a poder ver hasta tres obras distintas en la misma sala. Como la sesión continua, pero en teatro.

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