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LA POLÍTICA DEL AGUA

La 'marcha azul' apela al diálogo sobre el trasvase al llegar a tierras valencianas

María Fabra

La marcha azul o marcha del Mediterráneo en contra del Plan Hidrológico Nacional (PHN), iniciada el pasado 30 de octubre en Cantabria, entró ayer en la Comunidad Valenciana. Alrededor de las 12 del mediodía, la veintena de componentes de la marcha llegaron a la localidad castellonense de Vinaròs donde efectuaron una parada para después dirigirse a Benicarló, donde tuvo lugar una concentración. Allí, los miembros de la Plataforma de Defensa del Ebro, tanto de Cataluña como de Aragón, expusieron los motivos de su manifestación y reiteraron su objetivo: "el diálogo".

Para José Luis Martínez, coordinador de la marcha, "ésta recoge la temperatura de la cuenca del Ebro y del litoral afectado por el trasvase" en un recorrido en el que se han encontrado posturas contradictorias.

Tras su entrada en tierras valencianas, los integrantes de la marcha admitieron la posibilidad de que su visita no sea tan bien recibida como lo ha sido en Cantabria, Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña, pero expresaron su confianza en que la gente "entienda un mensaje que no va más allá de la búsqueda del diálogo", indicó Martínez, pero "un diálogo en el que estén representados todos". "Estamos seguros", mantuvo el coordinador de la marcha, "de que los valencianos serán respetuosos". En cualquier caso, consideran que pueden oír, incluso, algún "exabrupto". "Nosotros no venimos a crear polémica sino a buscar el diálogo", reiteró.

Concierto denegado

José Luis Martínez sólo tuvo palabras críticas hacia el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, y hacia el Ayuntamiento de Valencia, que ha denegado la cesión de un local para celebrar, el próximo sábado, un concierto-fiesta de bienvenida a la marcha. Según explicaron fuentes de la organización, acudieron al Ayuntamiento para solicitar un polideportivo y el consistorio les propuso el de El Cabanyal. Las mismas fuentes indicaron que se realizó el trámite requerido y se procedió a la confirmación de los grupos y a la contratación de los equipos necesarios. Sin embargo, el pasado viernes, la organización recibió una llamada del Ayuntamiento en la que les comunicaba su decisión de denegar el local, porque es necesario para celebración de "actividades deportivas".

Tras varios intentos en otros polideportivos, en la Universidad, donde se precisaba también del permiso municipal, y en otros ayuntamientos de la periferia, finalmente, el único consistorio que le cedía un local era el de Alzira, aunque la organización ha descartado la celebración de la fiesta.

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