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DANZA | EL GRUPO AMERICANO DESPIDE EL BAILE EN EL FESTIVAL DE OTOÑO

Les Ballets Trockadero de Monte Carlo impregnan de humor su gran técnica clásica

Les Ballets Trockadero de Monte Carlo, presentes desde hoy en el Teatro Albéniz, dentro del Festival de Otoño, muestran coreografías clásicas de los siglos XIX y XX, que tradicionalmente han interpretado las más afamadas bailarinas. Lo hacen con un gran dominio técnico y sus delicados tutús y sus zapatillas de raso de puntas, pero con sus rotundos pelos en pecho y piernas. Y es que la afamada compañía estadounidense está formada por hombres dispuestos a ironizar y a hacer reír, desde la más seria caricatura, sobre algo que conocen y aman profundamente.

Las coreografías están basadas en originales de Arthur Saint Leon, Marius Petipa, Lev Ivanovich Ivanov o Peter Anastos. La formación técnica de sus componentes es tan dura y rigurosa como la de las mejores bailarinas internacionales. Pero lo que convierte a Les Ballets Trockadero de Monte Carlo, popularmente conocidos como los Trocks, en excepcionales y únicos es su carga humorística y caricaturesca sobre su trabajo, que desarrollan con éxito desde 1974, cuando empezaron en pequeñas salas alternativas del Manhattan neoyorquino.

No en vano el director artístico del grupo, Tory Dobrin, exige a los profesionales que quieren pertenecer a esta compañía tres características imprescindibles y de igual importancia: que sean técnicamente muy buenos, que sepan trabajar en equipo y que tengan mucho sentido del humor.

Saben reírse de ellos mismos, porque nadie como los Trocks conoce mejor el mundo del ballet clásico, hasta el punto de que se confiesan unos auténticos fanáticos obsesionados con el género. Para ilustrar tal afirmación sólo hay que recordar que cuando se trasladan en sus giras aprovechan para ver en el vídeo del autobús ballets clásicos famosos con artistas de primer orden internacional, especialmente rusos.

En cuanto a lo de ser muy buenos, era exigible para que la fórmula elegida no quedara en una parodia barata. Y lo de trabajar en equipo no podía ser de otra forma, teniendo en cuenta que ellos tienen especial manía a las divas a las que imitan sin piedad: 'Nos inspiramos en las grandes figuronas del siglo XIX y XX, como Maia Plisetskaia o Alicia Alonso; las actuales, que son muy buenas, no son tan divas y no nos podemos reír de ellas', señala Dobrin, quien recuerda que el espectáculo es para público de todas las edades, e incluso puede ser una perfecta introducción al ballet clásico para niños.

El programa que presentan incluye El lago de los cisnes, de Ivanov; Las bodas de Raymonda, de Marius Petipa. Los días 12, 13 y 14 también harán Go for Barocco, de Anastos, y el 15, 16 y 17, La Vivandière, de Saint Leon.

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Un total de 16 bailarines procedentes de Estados Unidos, Portugal, Filipinas, Venezuela, Guatemala, Italia, Japón y España, juegan a crearse rimbombantes nombres y biografías propias de grandes artistas de culebrón, que encajan con su travestido aspecto. La compañía ha renunciado a que haya mujeres en ella debido a que éstas no quedan tan cómicas vestidas de personaje masculino: 'Nuestros bailarines no intentan bailar como mujeres, sino que son hombres bailando en puntas', señala el director.

Les Ballets Trockadero de Monte Carlo. Teatro Albéniz. Metro Sol. Horarios y precios, en cartelera.

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