Tres candidatos se presentan a las elecciones al Colegio de Arquitectos

Los arquitectos colegiados de Madrid, 8.535 profesionales, tienen una cita con las urnas el próximo 27 de noviembre en su sede de la calle de Barquillo, 12. Deberán decidir a cuál de sus tres colegas, Paloma Sobrini, Emilio Torné y Ricardo Aroca, dan su voto para el decanato del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) por un periodo de cuatro años. Los candidatos pugnan por recuperar para los arquitectos una 'entidad social' que, según estiman, ha ido menguando en las últimas décadas. Pero sus recetas, y también sus perfiles, son bien distintos.

Ricardo Aroca Hernández- Ros, de 62 años, doctor arquitecto desde 1968, preside Candidatura 2002 como aspirante a decano. Lleva a su lado, como candidato a vicedecano, a Bernardo Ynzenga, quien fuera director general de Urbanismo con UCD, y como aspirante a secretario, a Aurelio Pérez Álvarez. Aroca es catedrático de Proyectos y Estructuras III en la Escuela de Arquitectura de Madrid desde 1973. Ya entre ese año y 1975 había sido secretario del COAM. Posee un extenso historial profesional.

Durante el anterior periodo académico, entre 1991 y 1998, fue decano de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Asimismo, fue vicerrector de la Universidad Politécnica de Madrid entre 1984 y 1987. Más recientemente ha fundado y presidido el Club de Debates Urbanos, un foro cívico, de intensa beligerancia, dedicado a la sensibilización sobre el patrimonio cultural arquitectónico y al control de la gestión pública de asuntos de enjundia ciudadana.

Liberación de honorarios

Aroca explica las propuestas de Candidatura 2002, cuyo lema es Por un Colegio útil y para todos: 'Pedimos el voto de los colegiados para garantizarles que si nos lo dan, el colegio va a defender sus intereses, muy dañados en su ejercicio profesional a consecuencia de la liberalización de los honorarios, entre otras causas', dice. 'Creemos que las bajas en los concursos sobrepasan frecuentemente el umbral de rentabilidad, mientras se produce un aumento de las exigencias administrativas y de documentación que tiene poco que ver con la calidad de las obras', añade.

Para Aroca, 'nuevos operadores -sin asumir responsabilidades de ningún tipo, precisa- multiplican y encarecen el trabajo de los estudios, complican las decisiones y debilitan la posición de los arquitectos'. Candidatura 2002 subraya, además, como objetivo la defensa de la función social de la arquitectura: 'Creemos contribuir así a vertebrar la sociedad civil, a quien nuestra actividad como arquitectos va dirigida', destaca.

Paloma Sobrini, de 47 años, perteneciente a una familia de arquitectos y con amplia experiencia profesional, encabeza otra candidatura al decanato, que lleva como aspirante a vicedecano a León Lacruz; como aspirante a secretario, a Elena Ibarra Marroig; a María Isabel Pérez Montero, como vicesecretaria, y a Mercedes Llurda Bachiller, como tesorera. Sobrini, que niega tener apoyos de partidos u otras instituciones, dice combatir el fatalismo colegial: 'El escepticismo entre los arquitectos a propósito del colegio madrileño es muy grande', afirma. 'Y ello porque hemos visto reducido nuestro protagonismo en la sociedad, sobre todo en el ámbito de las empresas, donde proliferan una serie de profesionales, no arquitectos, con los que luego hemos de tratar y vemos decrecer nuestra capacidad de interlocución'. A juicio de Sobrini, 'los cursos de formación que el colegio imparte para posgraduados son una mera prolongación de los estudios de la Escuela de Arquitectura, por lo cual perdemos la oportunidad de preparar a los jóvenes arquitectos para competir en el mundo de las empresas'.

Emilio Torné, de 52 años, arquitecto y especialista pericial, concurre al decanato con propuestas de potenciación de la asesoría jurídica colegial, 'que incluirá la reclamación gratuita de honorarios de hasta 10.000 euros, la agilización del visado en un plazo máximo de 48 horas y la creación de dos nuevas oficinas de visado para el norte y el sur', entre otras proposiciones. Lleva como candidato a vicedecano a Emilio García-Arias. Se considera un hombre de centro progresista. Emilio Torné reivindica la defensa de los arquitectos que se han dado de baja colegial o no se colegian por no considerarse representados en el COAM, sobre todo jóvenes y funcionarios.

Con la directiva del decanato, los colegiados elegirán una Junta de Representantes de 86 miembros, que formarán este nuevo órgano estatutario. En la práctica, sustituye a la antigua Junta General. Tendrá amplios poderes de fiscalización de la gestión de la directiva, señaladamente en materias presupuestarias. Serafín Sardina Vázquez y Santiago de la Fuente Viquiera, más también Paloma Sobrini y Emilio Torné, encabezan sendas candidaturas para esta junta. Sobre la directiva saliente de Fernando Chueca Goitia, los candidatos, en especial Aroca, muestran su agradecimiento 'por haber saneado el colegio y por la elaboración de los nuevos estatutos'; no obstante, Sobrini y Torné creen que ya hay condiciones para mejorar algunas de sus prácticas.