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Otro codazo brutal mancha la Liga

El osasunista Cruchaga agredió a Xisco, jugador del Recreativo, tras un despeje fallido

Cuando las cosas salen mal, la solución no es un codazo. Rompe la cara, pero no arregla wel error. César Cruchaga, central de Osasuna, que pasa por elegante y muy limpio, tuvo un momento de furia en el que no utilizó su fría mente para controlar su brazo izquierdo. La inclusión del joven delantero onubense Xisco había revolucionado un poco la roma delantera visitante y el Recreativo se había aproximado con peligro al área de Sanzol. El empate momentáneo y la impotencia de los jugadores ante su mal juego provocaban un cierto ambiente de intranquilidad en todos los aspectos del juego. Cruchaga, en un momento de duda, despejó muy mal un balón cerca de su portería y Benítez lo aprovechó para poner en apuros a Sanzol. El central andaba caliente y se tomó la venganza por su mano, esta vez por su antebrazo, que hizo impactar violentamente contra la cara de Xisco. Al instante, el onubense cayó al suelo entre gritos de dolor. Ni Megía Dávila ni los asistentes en las bandas vieron la agresión. Pendientes del saque de puerta de Sanzol, la situación de Cruchaga y Xisco le concedía al primero casi total impunidad. El partido se paró durante casi cinco minutos. El impacto había sido fortísimo. Xisco, tras el partido, aseguró que que la agresión había existido. 'Me ha dado un codazo fuerte y sé que en la televisión se ha visto muy bien. Son acciones que nunca deberían ocurrir porque si me pilla bien la cara podía haberme hecho mucho daño de verdad', afirmaba en el túnel de vestuario. La presencia del colegiado y la airada queja del jugador parecían bastar para calmar los ánimos, en un momento complicado del partido. Sin embargo, ninguno de los jugadores estaban para pedir disculpas o agachar la cabeza. Xisco se encaró con Cruchaga y se produjo un intercambio de empujones que atrajo como un imán al resto de sus compañeros. Al igual que una tormenta tropical, la tangana que se había formado en un instante desapareció con la misma velocidad. Pero Xisco se quedó con el golpe en la cara en una acción casi intrascendente en el partido. Cruchaga había optado por solventar un mal despeje con un codazo impresentable. Mala respuesta

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