Carta a Ricardo Tarno
Ricardo: he leído con suma atención el artículo que has escrito este domingo pasado, tres o cuatro veces. He de reconocer, en primer lugar, que no te conocía ni sabía quién eras, y eso que me suele interesar la política local. En segundo lugar, también he de reconocer que al leer tu reflexión por vez primera me entró la risa floja, porque no daba crédito a lo que mis ojos estaban viendo. Posteriormente, al releerlo, me fue cambiando el rictus, porque ya me estaba entrando indignación.
Pensé que todas esas barbaridades y mezquindades que destila tu pluma quizá no vinieran de ti, quizá te lo habían dictado desde más arriba. Y llegué a la conclusión de que eras un pobre hombre a sueldo de su señor (o señora). Porque si lo que has escrito es realmente producción propia, estás en la onda maledicente, perversa e hiriente del partido político al que representas. Porque le representas a él, no a los que vamos a votar a las urnas.
Decir que en Andalucía hay poca democracia porque gobierna un partido desde hace 20 años y no hay alternancia es de personas que no llegan a los dos dedos de frente. Decir que hay miedo, que se pregunte en los pueblos...pero Ricardo, chico, ¡qué dices! Me resulta de un patetismo increíble decir eso, porque no se ajusta para nada a la verdad. Entonces ¿para qué lo dices? Pues sencillo. Sólo basta recordar las campañas del PP a nivel nacional, en las que todo valía para conseguir el poder. Pero eso no vale aquí, pero Ricardo, qué te crees, ¿que los andaluces son tontos o qué? Ellos votan lo que creen mejor, sin coacciones, con total libertad (¿ocurre lo mismo en Galicia?, ¿si gana el PP en Andalucía ya habrá así de pronto democracia?).
Si no sabes digerir que lleváis 20 años en la oposición, hombre de Dios, recapacita y piensa a qué se debe. Pero ni se te ocurra decir que aquí el pueblo vota con miedo, porque es insultar a la inteligencia de la gente. Si no vales para escrutar por qué la gente no os vota para auparos al poder, Ricardo, dedícate a otra cosa, que quizá no valgas para esto de la política. Te diría muchas cosas más, pero por no quitar espacio a otros lectores, termino: algo de ti sí me ha gustado. Es el párrafo final. Ése es divertidísimo.
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