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Entrevista:INMACULADA GÁLVEZ | Diputada 'verde'

'A veces la judicatura maneja un corporativismo equivocado'

Cuando se enroló en la defensa de las dunas de Artola, en Marbella, Inmaculada Gálvez no imaginaba que terminaría convertida en un símbolo de la oposición a Jesús Gil. Malagueña y madre de dos hijas, es la única representante de Los Verdes en el Parlamento Andaluz, y ha logrado no pasar desapercibida. Pero su vehemencia también le ha traído disgustos. La Policía Local de Marbella la denunció hace dos años por atentado contra la autoridad y resistencia durante un deshaucio. El juez instructor del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) está dispuesto a sentarla en el banquillo, pero el fiscal ha advertido que, de ser así, asumirá su defensa.

P. Un juez la acusa y un fiscal la defiende. La persiguen las situaciones contradictorias.

'Las administraciones son culpables en mucha medida de lo que ocurre en la Costa del Sol'

R. No hay contradicción, si se tiene en cuenta que al fiscal le compete la defensa del principio de legalidad. Lo que parece kafkiano es que con la realidad social que se vive en Marbella, un juez del TSJA se empeñe en imputarme un delito de atentado y otro de resistencia cuando está acreditado tanto por los testigos como por la documentación y los vídeos que mi actuación en ningún momento fue delictiva.

P. El Parlamento andaluz le amparó a usted tras el incidente.

R. Exactamente. Creo que el juez don Jerónimo Garvín no ha valorado quién es autoridad en este caso, si yo como diputada o el jefe de la policía local, sin entrar en otras valoraciones. Aquí se mezcla un poco de desprestigio y un poco de menosprecio a un poder legislativo. Él se ha empeñado en reconducir la situación a que yo actuaba como abogada, cuando ha quedado acreditado por todos los testigos que saqué mi acta de diputada para exhibírsela a la policía local. De hecho, el propio jefe de la policía,Rafael del Pozo, admitió en su declaración ante el juez que yo me presenté como diputada.

P. No es la primera vez que choca con un juez.

R. Cuando en 1999 recusé a Pilar Ramírez [ex juez decana de Marbella] tendría que haber previsto las consecuencias. Pero no me arrepiento, porque cumplí con mi deber de ciudadana al poner en evidencia la trama de corrupción judicial que ha habido en Marbella y que nadie debe olvidar. A veces la judicatura maneja un concepto equivocado del corporativismo, porque se defiende a las personas pero el mandato constitucional por el que están ahí. Esa debería ser la defensa, porque el poder judicial es lo que yo respeto más.

P. El caso es que va de lío en lío. Jesús Gil le imputó el robo de sumarios en Marbella.

R. Sí, y yo le puse una denuncia por injurias y calumnias que por cierto va muy despacito. Yo me pregunto por qué a mí no se me ampara cuando se llegaron a repartir en una plaza de toros panfletos diciendo que yo había robado los sumarios, acusación gravísima, y sin embargo don Jerónimo Garvín por un presunto delito de resistencia dicta unos autos en los que hay hasta descalificaciones personales. Y también me sorprende que el Colegio de Abogados de Málaga se solidarice con Antonio Caba por el tema del secreto profesional, lo que está muy bien, y sin embargo su decano nunca haga declaraciones sobre el mal que aqueja a nuestro sistema judicial.

P. Ha habido otros golpes, como el archivo de decenas de denuncias por delitos urbanísticos.

R. En eso creo que el fiscal de Medio Ambiente ha errado, y para mí hay una ignorancia inexcusable de que detrás de esos delitos casi siempre se encierran comisiones ilegales, tráfico de influencias o blanqueo. El fiscal ha entendido, por ejemplo, que no era delito construir un bloque de 12 plantas en una parcela destinada a una vivienda unifamiliar. Según la ley, cuando el juez o el fiscal tienen noticia de la comisión de un delito por cualquier medio están en la obligación de investigar. Pues máxime cuando hay una denuncia bien documentada. El problema es que la Fiscalía no trabaja, como tendría que trabajar, 24 horas al día.

P. ¿En qué medida son culpables las administraciones de lo que está ocurriendo con el urbanismo en la Costa del Sol?

R. En mucha medida, y todas son culpables. Los especuladores van siempre por delante de la administración. Es indignante que ahora se plantee que en cuatro años la Costa del Sol estará colapsada. Las reflexiones se hacen cuando ya tenemos el problema encima.

P. ¿Su salto a la política la dejará muy marcada para volver al activismo social?

R. Yo creo que no. La marca Los Verdes no tatúa. Ahora los partidos que te dejan el tatuaje para siempre son el PSOE y el PP. Creo que tengo que ser muy coherente, muy consecuente y muy honesta para que mi cargo político no marque luego mi trayectoria profesional y privada.

P. Debe de ser complicado representar a una minoría.

R. Nos estamos limitando a desarrollar el acuerdo programático, sin perjuicio de que se presente alguna otra iniciativa. Las minorías son necesarias. En Europa estamos viendo cómo las mayorías absolutas fracasan.

P. El tema de la fiscalidad ecológica está atascado por la resistencia del PA.

R. Yo confío en sacarla adelante porque el presidente Chaves se comprometió a hacerlo antes del fin de la legislatura ante una pregunta de IU. Yo confío en Manolo Chaves. Creo que es un hombre de palabra.

'Ahora mismo no me planteo ser candidata en Marbella'

P. Usted afirma que mantiene buena relación con el PSOE, pero en alguna ocasión, por ejemplo, tras los últimos choques con la portavoz socialista de Marbella, Isabel García Marcos, ha dicho que se sentía poco arropada por los socialistas.

R. Tengo el apoyo de mucha gente del PSOE y también de muchos socialistas de Marbella.

P. ¿Le hubiera gustado sustituir a García Marcos como candidata a la alcaldía?

R. No creo. Hay que prever las consecuencias y no creo que Isabel García Marcos sea una persona con la que una deba entrar a pelear. Hay un trabajo mucho más positivo y yo no estoy dispuesta a someterme a un desgaste personal en una batalla contra ella.

P. Pero llama la atención que exista tanta falta de entendimiento entre dos personas que han liderado la oposición a la política de Jesús Gil.

R. Yo considero que ella simboliza la oposición a Gil de forma mediática y yo sin embargo he basado mi oposición a Gil en horas y horas de trabajo en los juzgados y en mi despacho.

P. ¿Entonces no ambiciona la alcaldía de Marbella?

R. No. Ahora mismo no me lo planteo. No me lo planteo con el panorama político que hay en Marbella. Sigo y seguiré colaborando con todos los grupos, las asociaciones y personas que acudan a mí por mis conocimientos o por lo que sea, pero vuelvo a repetir que no me voy a desgastar en algo tan negativo como pelearme con Isabel García Marcos. Quiero trabajar en positivo por la sociedad marbellera, malagueña y andaluza.

P. También ha chocado últimamente con el consejero Antonio Ortega, cuya reprobación en el Parlamento apoyó en principio, aunque después diera marcha atrás.

R. Ortega se disculpó en el Parlamento, pero esas disculpas no me impulsaron a votar lo que voté. Mi voto fue porque el acuerdo entre el PSOE y Los Verdes está beneficiando a la sociedad andaluza. De la tontería que dijo tendrá que responder ante sus votantes, pero yo no iba a poner en peligro la gobernabilidad andaluza por este consejero.

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