EE UU cree que Rusia utilizó un gas anestésico derivado del opio

La Embajada de EE UU en Moscú afirma que la sustancia usada por los rusos en el asalto del teatro en el que un comando suicida checheno retenía a 800 rehenes no es un gas militar, sino un anestésico, quizá un derivado del opio. La embajada cree que si se trata de un gas no letal -aunque mortal si se administra en grandes cantidades y sin asistencia sanitaria inmediata-, Rusia no habría violado ninguna convención internacional. Sin embargo, el silencio absoluto del Kremlin sobre el gas permite que haya numerosas interpretaciones: investigadores de la Universidad Lomonósov de Moscú creen que puede tratarse de un derivado del fentanil, un analgésico y anestésico sintético elaborado en Bélgica en los años cincuenta. Médicos rusos relacionados con el tratamiento de los afectados confiaron a la Embajada estadounidense en Moscú que habían tratado a los rehenes con atropina, antídoto contra gases nerviosos, sin conseguir resultados. Otras fuentes sugieren la posibilidad de que el gas fuera una combinación de elementos paralizantes y gases nerviosos, y que eso explica los efectos inmediatos y devastadores que tuvo. El doctor Thomas Zilker, de Múnich, que trata a dos rehenes alemanes, cree que no se utilizó ni un opiáceo ni una mezcla con gases nerviosos, sino un anestésico de efecto mortal por las brutales dosis empleadas. De los 655 rehenes ingresados, 485 ya han sido dados de alta. Quedan 245 hospitalizados, 16 en estado crítico. Ayer había 75 personas no localizadas aún por sus familiares.

En la polémica sobre esta crisis, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, reiteró ayer que el presidente ruso, Vladímir Putin, no tenía otra opción. 'Los únicos responsables son los terroristas', dijo Aznar, que añadió: 'La alternativa no podía ser dar la razón a terroristas armados dispuestos a morir y a llevarse por delante a quien fuera necesario para lograr sus objetivos'.