La ley de Hierro
El madridista volvió a mostrar sus malos modos con el árbitro y los rivales en el duelo con el Villarreal
El Madrid atraviesa 'una crisis tolerable' según su director deportivo, Jorge Valdano. Una crisis que se traduce en dos empates en el Bernabéu ante equipos menores, Villareal y AEK, y en una flagrante derrota en Santander. Unos resultados que empiezan a ser difíciles de digerir. Hasta la fecha, por todo ejercicio de autocrítica, en el equipo blanco se ha hablado de si debió o no jugar Munitis, del virus FIFA, del peso de Ronaldo y de los árbitros, faceta esta última en la que Fernando Hierro, el capitán, adquiere un destacado protagonismo.
La figura desgarbada del central madridista con el rostro desencajado, los ojos enrojecidos, los rizos pegados por el sudor y las manos extendidas pidiendo explicaciones al árbitro, parece una instantánea congelada, un fotograma que se repite una y otra vez como un bucle informático. Desde su famoso 'nos tienes que joder siempre' a Gracia Redondo, el árbitro de la segunda pifia madridista en Tenerife (1993), la lista de imprecaciones de Hierro a los árbitros es larga.
Cada vez que el Madrid cosecha una racha de malos resultados, como la que culminó el pasado sábado en el Bernabéu ante el Villarreal, aparece Hierro para, sin poder controlarse, pedir explicaciones al árbitro o para lanzar una tarascada sin venir a cuento a un rival o, incluso, para desgañitarse y desahogarse echándole la bronca al compañero más cercano. 'El que lo quiera entender que lo entienda y el que no... Mi equipo tiene que ganar y para eso utilizo todas las artimañas', argumentó Hierro en su día, tratando de convertir en teoría sus accesos de rabia. Un mal carácter que le ha valido más de un tirón de orejas del club, sobre todo, desde que porta el brazalete de jefe de la plantilla. Así, mientras Raúl, atento a los preceptos del libro azul del club, decía tras el partido ante el equipo castellonense que no valían 'excusas', Hierro dedidió que todo lo que tenía que hablar ya lo había hecho con Carmona Méndez, el árbitro, y abandonó enfurruñado el Bernabéu sin hacer declaraciones.
Y es que a Hierro no le sienta bien no ganar. El sábado, no sólo lanzó contra el colegiado su habitual perorata en demanda de explicaciones, sino que volvió a utilizar los codos para quitarse de en medio a un rival. El árbitro no lo vio.
Estos discursos de Hierro a los árbitros pocas veces han sido castigados. Una excepción fue su expulsión cuando le espetó a Iturralde González 'no tienes cojones' en 2000. El árbitro le mandó a la caseta. El Madrid perdió aquel partido en el Bernabéu contra el Valencia. El sábado, otra vez el epílogo del partido fue una charla interminable de Hierro a Carmona Méndez quejándose del penalti que le señalaron en contra a los blancos. La mayoria de los jugadores del Madrid, con su portero, Iker Casillas, a la cabeza, se mostraron indignados por esta jugada. 'Nos pitan unos penaltis de risa', comentó el guardameta.
Hierro no oculta que no soporta la derrota: 'Mi carácter es así y siempre será así, para lo bueno y para lo malo. Probablemente ese carácter es el que me ha hecho llegar hasta aquí. Me gusta ganar y no me gusta esconderlo'.
A Hierro le han echado de un campo de fútbol 14 veces en 15 temporadas. Cuatro de ellas mientras militaba en el Valladolid. La última vez que el central madridista tuvo que abandonar el campo antes de tiempo fue en la pasada temporada, ante el Espanyol.
El malagueño también ha protagonizado más de un enfrentamiento con otros futbolistas.
A Hierro, desde luego, ni le gusta, ni sabe, perder.
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