Un gran Pamesa conquista Vistalegre

El Estudiantes encajó ayer su primera derrota de la temporada a los pies del Pamesa, un conjunto que ha cambiado totalmente de traje. Antes visitaba escenarios como el de Vistalegre empequeñecido, sin presión, encogiéndose de hombros ante la derrota porque la consideraba como lo más normal. Ahora se engrandece, se exige ganar en cualquier pista. Ayer barrió por momentos a un Estudiantes más combativo pero mucho menos compenetrado. El equipo madrileñó corrió a base de bien durante el primer cuarto, impulsado por el motor de Hernán Jasen, y consciente de que la velocidad era su mejor arma para dañar al Pamesa, más poderoso en el cara a cara del juego estático. El equipo de Olmos perforó el núcleo de la defensa madrileña con pases interiores demasiado fáciles, de los que se aprovechó sobre todo Paraíso, que salió desde el banquillo y en cinco minutos anotó 12 puntos. Bajo los aros, Oberto y Tomasevic se entienden sin mirarse, y a ellos se une Kammerichs, un alero de 2,05 muy difícil de defender. Pendiente de las torres del Pamesa, el Estudiantes descuidó a los peones, como Abbio y Paraíso. El conjunto local se desquició ante tanta superioridad, perdió la partida en los rebotes defensivos y atacó deprisa y mal. El Pamesa, mientras, tejía y tejía sus ofensivas con gran paciencia. Una reacción al final de la primera parte (41-46) dejó entreabierta la puerta para la remontada del Estudiantes, y por ahí se colaron Brewer y Felipe Reyes para meter la cabeza en el partido. El equipo de Pepu Hernández multiplicó las ayudas en defensa, se hizo un sitio bajo los aros y provocó muchas pérdidas del Pamesa, que perdió su ventaja (57-56). La recuperó con cierta solvencia al final, algo sobrado, liderado por la batuta de Rodilla y las increíbles asistencias de Tomasevic, un pívot excepcional que tienea alma de base.