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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La petición de los profesores de Religión

Parece ser que la Feper (Federación Española de Profesores de Religión) ha enviado una petición, que fue aceptada por el Congreso de los Diputados, para que cree una comisión de investigación sobre la supuesta discriminación laboral a que son sometidos, y no salgo de mi estupor.

La discriminación laboral se produce cuando, junto a los 70.000 funcionarios públicos docentes a los que para acceder a su trabajo se les ha exigido una titulación de licenciado (cinco años), un curso de aptitud pedagógica (un año) y haber superado una durísima oposición (varios años), de acuerdo con los principios de igualdad, mérito y capacidad, artículo 103.3 de la Constitucion, se encuentran 18.000 profesores cuyo mérito consiste en ser amigos del obispo o párroco de turno.Acceder a dedo a un empleo público les parece muy bien, pero cesar por el mismo sistema por el que accedieron, discriminación.

Pero ¿qué pretenden, convertirse en personal laboral de la Administración saltándose la Constitución y la Ley de Ordenación de la Función Pública a la torera? Porque ambas leyes tasan el acceso a la Administración, a través de un concurso oposición basado en los principios de igualdad, mérito y capacidad, que serán evaluados por el tribunal correspondiente, no por el obispo, y abierto a todo el mundo, no sólo a los catequistas.

En la Administración, junto a funcionarios y personal laboral, que acceden como marca la ley, por concurso oposición, trabaja el llamado personal eventual, conocido como 'cargo político'; ya que son nombrados discrecionalmente a dedo por quien tiene potestad para ello, por el mismo sistema son despedidos sin que nadie hable de discriminación laboral frente al resto de trabajadores, ya que si 'discriminatorio' fue su ingreso, 'discriminatorio' es su cese.

Es curioso que la última profesora, no despedida, a la que no se le renovó el contrato, que fue sustituida por un sobrino del obispo, cree que ha padecido una terrible injusticia, pero no parece darse cuenta de que anteriormente ella también fue 'sobrina del obispo'.

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