Una exposición resucita en Córdoba la mirada de Goya
La muestra incluye el primer autorretrato del pintor aragonés
La exposición La mirada de Goya, inaugurada ayer en Córdoba, trae a la ciudad el autorretrato más antiguo que se conoce del pintor aragonés; la serie completa de litografías de Los toros de Burdeos, una verdadera rareza; y una selección de grabados pertenecientes a Los disparates, Los desastres de la guerra, Las tauromaquias y Los caprichos. Esta muestra, organizada por Ibercaja, estará en la Delegación de Cultura de la ciudad hasta el 3 de noviembre.
La pieza clave de la exposición, la que le da nombre, es el primer autorretrato de Francisco de Goya: el pintor lo terminó entre 1770 y 1775, cuando andaba por los 30 años y estaba a punto de dejar Zaragoza para instalarse en la corte. 'A Goya le gustaba mucho autorretratarse, lo hizo unas 25 veces a lo largo de su carrera', explicó el comisario de la muestra, Gonzalo de Diego.
En este cuadro, considerado una obra maestra de juventud, aparece serio y decidido, mirando intensamente al espectador, en la mejor tradición del retrato español del Siglo de Oro. 'Hay tres clases de autorretratos', resumió el comisario. 'En la primera, el pintor se introduce disimuladamente en escena; en la segunda, se retrata con utensilios propios de su oficio; en la tercera, se desnuda ante la mirada de los otros. Éste es el caso', afirmó.
Además de este óleo único, la exposición trae a Córdoba las cuatro litografías, recientemente restauradas, de la serie Los toros de Burdeos, firmadas por un Goya de casi 80 años, que representa un espectáculo casi circense, en el que el público tiene casi tanto peso como los toreros. Es muy difícil ver estas piezas, aclaró De Diego, porque se realizaron sólo 100 copias y quedan muy pocos ejemplares completos, en manos de grandes museos. Los expertos las valoran como ejemplos de perfección técnica; para el comisario, colocan a Goya en la nómina de 'los más grandes grabadores de la historia, junto con Durero y Rembrandt'.
La muestra la completan nueve Caprichos, dos Tauromaquias, seis Disparates y once Desastres de la guerra. El comisario recordó que Goya inició su carrera como grabador copiando cuadros de las colecciones reales, y que estaba muy interesado en dar a estas obras la máxima difusión, de modo que llegasen al pueblo.
Los caprichos, 85 estampas en total, los comenzó con más de 50 años, cuando era ya un pintor consagrado. Las que se exhiben en Córdoba están destinadas a criticar la hipocresía, la avaricia, la estupidez y la crueldad. De Diego afirmó que con estos grabados Goya fustigaba a la Inquisición y se jugaba el tipo, algo que le sucedió más de una vez. Por ejemplo, con Los desastres de la guerra, obras tan comprometidas que no se hicieron públicas hasta años después de la muerte del artista. El comisario aseguró que estos grabados no pretenden censurar al ejército francés, sino la violencia que enfrenta a unos hombres con otros, algo propio del pensamiento ilustrado; 'para Goya', dijo, 'la guerra era un fracaso humano'.
Carmen Calvo, consejera de Cultura, calificó la exposición de 'oportunidad bien excepcional'. 'La vigencia de Goya no está sólo en su atrevimiento, en su modernidad y su perfección técnica', resaltó, 'sino en que, a la vez que un artista insuperable, era un ser humano inmerso en su momento, alineado con el liberalismo y muy crítico con su país: un intelectual extraordinario'. Gonzalo de Diego destacó su papel como defensor de la razón y reivindicó su contemporaneidad. 'Goya sigue hablando de nosotros y de nuestros problemas', opinó.
El comisario quiso dejar claro que la muestra, desplegada en la sala principal de la Delegación de Cultura en Córdoba, 'tiene la luz que debe tener, y no más'. Insistió en que 'no es oscura por ninguna deficiencia del montaje', sino en virtud de una decisión fundamentada en criterios técnicos. Así, pidió a los visitantes que tuviesen algo de paciencia al mirar las piezas, 'porque la pupila se adapta en un minuto'.
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