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UNIVERSIDAD DE NAVARRA

Entrevista a Jose María Bastero

Algo más de 50.000 licenciados desde su creación en 1952, 16.500 alumnos y 3.000 profesores y ayudantes. Los números de la Universidad de Navarra, que este curso 2002-03 cumple medio siglo de vida, arrojan un balance más que satisfactorio. "La Universidad ha crecido a buen ritmo y ha logrado ofrecer un servicio no desdeñable", comenta el rector José María Bastero en esta entrevista.

"La mayor contribución de nuestro centro a la sociedad son los más de 50.000 graduados que han salido de sus aulas"

Pregunta.- La UN celebra este curso su 50º aniversario. ¿Cómo marchan los actos conmemorativos de esta efemérides? ¿Cuáles destacaría?

Respuesta.- Queremos que sea una celebración marcadamente universitaria que, además de manifestar nuestra alegría, se inserte en el quehacer ordinario de la vida académica. En este curso del Cincuentenario, las distintas facultades y escuelas han preparado congresos y seminarios de especial relieve científico. Y en el primer semestre de 2003 habrá una investidura de doctores honoris causa que va a ser el acto central de esta efemérides. Los nuevos doctores serán el cardenal Antonio Mª Rouco Varela, arzobispo de Madrid; Mary Ann Glendon, profesora de Derecho en la Universidad de Harvard (EE. UU.); y Anthony Kelly, profesor de Ingeniería en la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

P.- Aunque sea muy difícil resumirlo en unas líneas, ¿qué balance hace de estos cincuenta años? ¿Cuál cree que ha sido la mayor contribución de la universidad a la sociedad?

R.-El balance es positivo, sobre todo si se mira la pequeñez de nuestros inicios. En octubre de 1952 esta Universidad tenía poco más de cuarenta alumnos y ocho profesores. Hoy hay más de 16.000 alumnos y 3.000 profesores y ayudantes. En este medio siglo, la Universidad ha crecido a buen ritmo y ha logrado ofrecer un servicio no desdeñable -como han indicado recientemente diversos estudios de calidad-, siendo fiel a su ideario fundacional. Y dentro de ese servicio, diría que la mayor contribución de nuestro centro a la sociedad son los más de 50.000 graduados que han salido de sus aulas.

P.- El curso anterior pasará a la historia por la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Universidades (LOU), tras una fuerte oposición en la comunidad universitaria. ¿Cómo valora la nueva norma?

R.-Aunque contiene mejoras respecto de la LRU, creo que se ha perdido una oportunidad de sentar las bases para que la enseñanza universitaria española pueda afrontar con éxito los retos que se le avecinan, entre los cuales no es el menor la competencia del Espacio Europeo de Educación Superior. Reglamenta en exceso aspectos secundarios y, pese a considerar miembros de pleno derecho del Consejo de Coordinación Universitaria a los rectores de todas las universidades, establece una brecha innecesaria entre las públicas y privadas, cuando nuestra Constitución no lo hace.

"El futuro Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) buscará resultados que sean aplicables para la asistencia clínica"

P.- ¿En qué medida ha afectado la nueva ley a una universidad privada como la que usted rige?

R.-Para contestar a esta pregunta es necesario esperar a que se desarrolle la normativa complementaria a la LOU referente a las universidades no estatales. Espero que, sin privilegios de ningún tipo -que nunca se han pretendido-, esa normativa aplique los criterios de equidad que corresponden a las iniciativas sociales sin ánimo de lucro. No debe olvidarse que, en nuestro caso, los únicos beneficiarios son los estudiantes, que haciendo uso de su derecho de elección de universidad, optan por una no estatal.

P.- Volviendo a la Universidad de Navarra, ¿qué novedades en el campo de la investigación traerá la puesta en marcha, aproximadamente dentro de dos años, del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA)?

R.-Como su nombre indica, el CIMA busca resultados que sean aplicables para la asistencia clínica. Se nutre de la labor investigadora de nuestras facultades de Medicina, Farmacia y Ciencias y de la actividad de la Clínica Universitaria. Esto nos parece esencial pues, como he dicho, la finalidad de su investigación pretende ser diagnóstica, preventiva y terapéutica. Las patologías que se están investigando causan el 90% de los fallecimientos en Occidente y al frente de cada una de las líneas de investigación figura un médico, investigador, pero con experiencia y actividad clínicas.

P.- El pasado 23 de mayo la UN volvió a ser víctima de un atentado. ¿Qué siente al comprobar que, después de veinte años, la Universidad siga siendo objetivo de los terroristas? ¿Cómo se puede contribuir desde la Universidad a lograr la paz?

R.-Al principio, dolor e incredulidad. Después se recobra el ánimo, sobre todo gracias a las innumerables muestras de afecto recibidas de colegas universitarios, instituciones, antiguos alumnos y sus familias. Respecto a la segunda pregunta, la mejor contribución de una universidad frente a cualquier amenaza totalitaria es continuar desarrollando serenamente su actividad, sin rencor y con la altura de miras propia del espíritu universitario. Eso fue lo que tratamos de hacer el pasado mayo.

P.- En el ámbito académico, la apuesta de su Universidad por las nuevas tecnologías es firme. ¿Qué proyectos se están desarrollando en este sentido?

R.-Además del uso de las tecnologías multimedia en la docencia presencial ordinaria, estamos involucrados en el proyecto de emplearlas también como medio para fomentar que nuestros estudiantes sean protagonistas creativos y responsables de su formación.

En esta línea, hemos extendido el empleo de diversas herramientas informáticas y promovido que la docencia de las asignaturas se enriquezca con contenidos en la red informática interna. Los alumnos pueden acceder así a una información más completa sobre el desarrollo de cada asignatura, prácticas que haya que realizar, documentos de interés para el estudio, etc. Ofrecemos también formación de posgrado a través de Internet, pero siempre complementada con formación presencial. En el aprendizaje, nos parece insustituible la relación humana entre profesores y alumnos.

P.- ¿Cómo cree que se puede contribuir desde la universidad a consolidar y desarrollar la sociedad del conocimiento y la información?

R.-Asumiendo el liderazgo que le corresponde en la búsqueda del saber. Por hablar en el argot de los expertos en el tema, la Universidad debe ser una gran proveedora de contenidos. Y sólo lo será si es fiel a su propia identidad y potencia su condición de comunidad de personas y de saberes: un lugar de convivencia de profesores y estudiantes que buscan la verdad en todos los ámbitos.

P.- Tradicionalmente, la Universidad de Navarra ha dado mucha importancia a las Humanidades, que ahora se van a potenciar tanto con dobles licenciaturas en Comunicación y Filosofía como en el marco de la investigación. ¿En qué va a consistir este proyecto?

R.-Con las dobles licenciaturas en Comunicación y Filosofía los alumnos podrán obtener en seis años las titulaciones de Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual; Filosofía y Periodismo; y Filosofía y Publicidad y Relaciones Públicas. Éste es el primer curso en que ofertamos estas dobles licenciaturas y la acogida ha sido muy buena.

Respecto a este tema, también me gustaría decir que el mercado laboral valora positivamente el empeño de esta Universidad por ofrecer asignaturas humanísticas en todas las carreras. No es extraño, porque tales materias proporcionan un saber acerca del hombre muy útil para la empresa. El humanista es, al fin y al cabo, un experto en el ser humano, y la personas constituyen el núcleo de la actividad empresarial.

"Me gustaría que la Universidad de Navarra centenaria fuese leal a sus principios fundacionales y estuviera en la vanguardia del saber"

P.- ¿Qué programas de intercambio y movilidad mantiene la UN? ¿Cuál es la relación con las universidades iberoamericanas?

R.- Estamos integrados en las redes de los programas Sócrates, Séneca, Cajal, Alfa o el Programa de Cooperación Interuniversitaria. Respecto a los acuerdos concretos con otras universidades, la Universidad de Navarra mantiene en estos momentos más de 300 convenios con otras tantas universidades. Nuestro criterio es siempre que lo informal preceda a lo formal. No establecemos acuerdos por el prurito de presentar una lista amplia, sino para dar cauce normativo a una relación fructífera en el ámbito docente o investigador.

Con esa forma de actuar, estamos obteniendo buenos resultados con algunas universidades norteamericanas de prestigio, como Harvard, en el ámbito de Arquitectura y del IESE; Penn State University, en el de Ingeniería; o Missouri en el de Comunicación.

Por lo que se refiere a Iberoamérica, esta Universidad tiene una relación especial, no en vano ha contribuido a crear varias universidades en todo el continente inspiradas el mismo espíritu fundacional. Buena prueba del interés y la confianza que tenemos en Iberoamérica es la puesta en marcha este año, en colaboración con la Fundación Carolina, del Máster Universitario Iberoamericano en Estudios Jurídicos. Cuenta con 15 licenciados en Derecho, elegidos entre 938 solicitudes procedentes de todos los países iberoamericanos.

P.- ¿Cómo imagina y cómo desearía que fuese la Universidad de Navarra centenaria, dentro de otros 50 años?

R.-Desearía que nuestro centenario se celebrara en un escenario mejor que el actual: un mundo con más paz y con más justicia, sin violencia y sin las enormes desigualdades económicas del presente. Y, en ese entorno, me gustaría encontrar una Universidad de Navarra leal a sus principios fundacionales y en la vanguardia del saber.

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