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Crónica:Campeonatos del Mundo | CICLISMO
Crónica
Texto informativo con interpretación

El 'embrollo Aitor'

El futuro del ganador de la Vuelta pasa por enredos contractuales que pueden ser de lenta solución

Carlos Arribas

Siempre que le preguntan por su futuro, Aitor González, el impresionante ganador de la Vuelta, repite la misma respuesta, que es libre, que ya ha terminado su contrato con el Kelme, que le encantaría correr en el Banesto, que es el equipo de sus sueños, que tiene muchas ofertas y que le gustaría llegar pronto a algún acuerdo. Siempre que le preguntan por su representado, Ángel Buenache, representante de Aitor, se emociona y se lanza, repite que lo tiene todo aparcado esperando que llegue la oferta del Banesto, que es el mejor equipo y que allí tiene que ir Aitor, aunque sólo le ofrezcan una temporada, lo que no debería ser el caso, porque él sabe, de buena fuente, que el equipo continuará por lo menos hasta 2005 y que allí se hará Aitor más grande todavía. La cosa parece sencilla, pero no: si un amor tan apasionado no cuaja es porque hay elementos ocultos, desconocidos. Detrás de Aitor y su futuro hay un embrollo. Aparece, de repente, un italiano por la sala de prensa y susurra al oído que Aitor firmó el 10 de noviembre de 2001 en Civitanova Marcha, en medio de los Abruzos, un contrato de tres años con Vincenzo Santoni, el patrón del Acqua & Sapone, el equipo de Cipollini y Perdiguero, a razón de 40, 50 y 60 millones de pesetas por año.

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Y no sólo eso, añade que Santoni, hombre de negocios, especialista en la compraventa, ha depositado el contrato ante la Unión Ciclista Internacional y que piensa hacerlo efectivo. Buenache, preguntado por el asunto, no dice ni que sí ni que no, dice que no hay nada firmado, que en todo caso no es un contrato válido, pero añade que alguien le está tocando las narices en la UCI, y que, como siempre, Aitor quiere ir al Banesto. Pero el Banesto todavía no ha dado pasos muy significativos hacia Aitor, entre otras cosas porque aún no hay presupuesto para contratarlo. Hay otros equipos que ya han preguntado por él, como los belgas del Quick Step, y que también han preguntado a la UCI sobre el supuesto contrato firmado y depositado en Lausana. Y les han respondido. 'El abogado de la UCI me ha dicho que el contrato es legal y válido', dice Alvaro Crespi, el mánager del Quick Step. Y Manolo Saiz, director del ONCE-Eroski, y miembro del comité central de la UCI, lo corrobora: 'El contrato existe y es bueno. A mí me gusta Aitor pero no lo ficharé y me llevo muy bien con Echávarri, el jefe del Banesto, y no quiero que nadie me utilice para encarecerle el producto'. La cuestión parece clara de nuevo, pero no, aún hay más.

Resulta que Santoni, tiene a Aitor pero no tiene equipo, o, más exactamente, no tiene patrocinador seguro para la próxima temporada. Acqua & Sapone duda; Cipollini deja caer que seguirá más años y que es muy amigo del patrón de Renault Italia y que puede que por ahí llegue algo; pero no hay nada seguro. Pero Santoni, que se maneja bien en los enredos, se mueve sin parar y lanza rumores. El último dice que ha llegado a un acuerdo con Mercatone Uno, la empresa que ya se ha cansado de patrocinar a Pantani, para que monte un equipo alrededor de Aitor y Cipollini. El negocio aún no se ha confirmado. Pero si no se confirma, no pasa nada. 'Conociendo a Santoni no dudo que me llame mañana para venderme el contrato de Aitor', sonríe Crespi, otro personaje al que se le da bien moverse por las turbulentas aguas contractuales del ciclismo. Y en su tienda espera Santoni que hagan cola el Banesto, el Quick Step, el Fassa Bortolo y cualquier equipo al que le interese Aitor. Si es que lo relatado es todo el embrollo de Aitor.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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