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LA VIOLENCIA SACUDE OTRA VEZ AL FÚTBOL

Tres años de graves incidentes en los 'derbies' sevillanos

Los sucesos del domingo no son, desgraciadamente, los primeros incidentes graves que se producen en un derby entre los dos equipo sevillanos. Bien en un campo, bien en el otro, se han hecho tristemente frecuentes en estos partidos el lanzamiento de objetos, las agresiones entre aficionados ultras de los dos equipos y una innumerable ristra de accidentes y heridos provocados por actitudes y comportamientos violentos. Los comportamientos violentos ocurren desde la creación de las respectivas peñas ultras, Biris en el Sevilla y Supporters Sur en el Betis. Pero en los partidos de los últimos tres años las consecuencias de esas actitudes se agravan de forma exponencial.

Aún colea estos días la sanción de dos partidos de cierre con que el Betis fue castigado el pasado año cuando, en el partido disputado en su campo, un aficionado bético lanzó hasta cinco pequeños cohetes desde el primer anillo de la grada hacia el tercero, a la zona en la que estaban los ultras del Sevilla. Después de varios recursos federativos y cumplido en Huelva y contra el Barcelona el primer partido de sanción, el segundo exilio federativo será el del próximo domingo 20, contra el Mallorca, en el Vicente Calderón de Madrid.

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La temporada anterior, con los dos equipos en Segunda, tanto fanáticos como jugadores se salvaron de una tragedia de milagro. En el primer duelo, en el campo del Betis, Olivera paseó por todo el campo un palo que alguien le había lanzado desde la grada de Gol Sur, donde se ubican los seguidores violentos del Betis. En el segundo partido, jugado en el Sánchez Pizjuán, el comportamiento de los ultras sevillistas provocó la rotura de una valla de contención de la grada y unos 50 de ellos cayeron al vacío desde una altura de unos tres metros. Hubo ocho heridos graves.

Presión del Nàstic

Por su parte, el presidente del Nàstic de Tarragona, Josep Maria Andreu, aprovechó ayer el ambiente creado por los sucesos del derby sevillano y anunció que su club retirará su demanda ante la justicia ordinaria por la sanción de seis partidos de cierre del Nou Estadi de Tarragona si es clausurado con la misma dureza el Sánchez Piz-juán. Andreu lanzó así un nuevo desafío a la federación, que el jueves pasado decidió aplazar los encuentros que el club catalán tiene que jugar en casa.

La sanción al Nàstic fue impuesta a raíz de los graves incidentes de público ocurridos el 5 de mayo de 2002 durante un partido contra el Ejido, uno de cuyos jugadores, Arturo, fue alcanzado por un objeto arrojado desde la grada. El Nàstic vio desproporcionada la sanción y recurrió a la justicia ordinaria, en contra de la norma de la FIFA. Ahora un juez ha suspendido cautelarmente la sanción.

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