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LA VIOLENCIA SACUDE OTRA VEZ AL FÚTBOL

Prats: 'Creo que el chico iba bebido'

O todavía tenía el miedo metido en el cuerpo o Prats tiene la sangre aún más fría de lo que se le supone ya de por sí a un portero. Para el guardameta del Betis, el hecho de que un seguidor radical del Sevilla se le abalanzase por la espalda fue, sin más, 'una sorpresa desagradable'. 'Hay que aceptarlo y punto', concluyó ayer el portero mallorquín cuando los periodistas le preguntaron si los futbolistas en general y los guardametas en particular están expuestos a demasiados riesgos en el terreno de juego.

'No sé cuántos derbies llevo, pero siempre he ido muy tranquilo al campo del Sevilla, nunca he temido por mi integridad física', aseguró Prats. 'De cien mil puede haber uno que piense en hacer una barbaridad, pero es difícil. Aunque hay puntualidades y ayer

hubo una', explicó.

A pesar de la rapidez con la que ocurrió todo, Prats tuvo el acierto de pensar que lo mejor era no tocar a su agresor. 'Al sentir el impacto intenté evitar acercarme a él y que lo hicieran mis compañeros, tampoco era cuestión de buscarse un problema', apuntó.

Ni le tocó ni le dijo nada, ni siquiera un insulto perdonable dadas las circunstancias. 'Aunque le hubiera dicho algo', ironizó, 'seguro que no me habría escuchado'. 'Cuando cayó al suelo vi que el chico no estaba en sus cabales. Creo que iba bebido. No podía ni levantarse. En las manos llevaba un mechero y con eso no iba a hacer mucho', explicó el bético.

Para el bético fue mucho más desagradable la escena de la agresión al vigilante de seguridad que él contempló a apenas 20 metros de distancia. 'Me parece más grave la paliza que se llevó ese pobre hombre', advirtió; 'yo estaba calentando al lado y pude percibir la curra que le estaban metiendo'.

Además de las dos agresiones, junto a la portería que defendía Prats en la primera parte del encuentro, la ubicada en la zona del Gol Norte, se sucedieron también los lanzamientos de objetos desde la grada. El portero bético tuvo que retirar varios. Primero le lanzaron 'como una pieza de alguna maquinaria' y la apartó del terreno de juego. Pero al momento volvió a caerle de nuevo al lado. Así que cuándo vio que le caía un teléfono móvil optó por llevarlo directamente a su banquillo: 'Si lo echaba para atrás me lo volvían a tirar'.

Respecto a las sanciones que puedan acarrearle al Sevilla todos los incidentes de ayer, Prats, que ya ha anunciado que no denunciará su agresión, prefirió no posicionarse: 'Yo no tengo gusto sancionador ninguno, ni para el chico ni para el Sevilla'.

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