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Oposición y vecinos rechazan la colosal marquesina que cubre la nueva estación del AVE en Lleida

Críticas al Ayuntamiento y a Fomento por carecer de sensibilidad con el entorno

La marquesina que se está instalando en la estación de trenes de Renfe de Lleida ha levantado una intensa polémica ciudadana que amenaza con diluir la ilusión que ha generado la inminente llegada del tren de alta velocidad, prevista para finales de este año. La plataforma metálica que cubrirá los nuevos andenes está siendo objeto de un linchamiento popular por razones de diseño y de impacto visual. Los grupos municipales de la oposición y algunas asociaciones acusan al consistorio y a Fomento de no tener sensibilidad ni respeto por la arquitectura de la zona.

La llegada del AVE a Lleida significará una gran revolución desde el punto de vista urbanístico, comercial y de comunicaciones. Es evidente que cuando entre en servicio esta infraestructura ferroviaria nadie se acordará de las innumerables molestias que han ocasionado las obras durante años ni de las numerosas fricciones que se han producido entre Fomento y los propietarios de las fincas por las que discurre la línea del tren de alta velocidad.

La conflictividad ha sido especialmente alta en la misma ciudad de Lleida, cuyo alcalde, el socialista Antoni Siurana, llegó a decretar la paralización de los trabajos para conseguir diversas mejoras en el tramo urbano del tren.

La última polémica está ahora en plena efervescencia y se refiere a la marquesina que cubrirá los nuevos andenes, que parece haber surgido de la nada, por arte de magia. La mayoría de las críticas van dirigidas al Ayuntamiento de Lleida por no haber negociado en el momento oportuno con el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) un diseño de la marquesina más estético y acorde con las características arquitectónicas de la estación.

Obras muy avanzadas

Ahora mismo las obras están muy avanzadas y todo parece indicar que sus responsables no tienen intención de reconsiderar ninguno de los aspectos del proyecto cuestionados por un buen número de vecinos y de entidades de Lleida y por el mismo Colegio de Arquitectos.

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La polémica marquesina tiene una apariencia descomunal si se compara con las dimensiones de la actual estación de Renfe, un edificio construido a principios del siglo pasado y que el consistorio tiene catalogado por su valor arquitectónico. La cubierta está configurada por tres estructuras decrecientes de acero, aluminio y metacrilato, y destaca por sus líneas curvas y corte vanguardista.

La parte más alta, precisamente la que sobresale varios metros por encima del tejado del edificio histórico y es visible desde la céntrica Rambla de Ferran, tiene 24 metros de altura. La parte más baja mide 11 metros. El supuesto impacto es aún mayor desde la parte que da al barrio de Pardinyes, ya que tapará prácticamente la visión del viejo edificio.

A medida que avanzan los trabajos de instalación de la marquesina aumenta el impacto visual sobre el conjunto. Su diseño no ha dejado indiferente a nadie y hasta ahora ha recibido más críticas que elogios. Entre los principales detractores figuran los portavoces de ERC y CiU en el Ayuntamiento de Lleida.

Xavier Sáez, de ERC, ha calificado la estructura de 'atentado estético' y ha acusado al equipo de gobierno local de esconder los planos a la oposición. Al concejal convergente Josep Giné le parece 'triste' que un edificio histórico 'quede eclipsado por una construcción moderna'.

Por su parte, la Federación de Asociaciones de Vecinos de la ciudad (FAVLL) ha pedido explicaciones al Ayuntamiento por considerar que Renfe está haciendo 'una chapuza'. Y para el presidente del Colegio de Arquitectos, Pere Robert, el diseño de la marquesina es 'mediocre'. En la calle, la gente tampoco está al margen del debate y son muchos los vecinos que opinan que el consistorio debería haber negociado con Renfe una solución más estética para la estación.

El alcalde ha respondido a las críticas diciendo que no ha podido hacer nada porque las obras de la estación son competencia de Renfe. Según Siurana, no hay motivos para alarmarse porque, a su juicio, la marquesina dará un aire de modernidad a una estación obsoleta y quedará mejor de lo que la mayoría de la gente cree, aunque admite que 'podría haberse mejorado'. 'La estética es un concepto muy subjetivo y se presta a todo tipo de opiniones. Cuando esté acabada la marquesina podremos hacer valoraciones más justas', señala Siurana. Por su parte, Fomento ha optado por no abrir la boca.

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