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Detenido el inquilino del piso donde se inició el incendio de Fuencarral

El fuego fue fortuito, pero la policía arrestó a Juan B. L. por tener tres armas

F. Javier Barroso

Los vecinos del número 24 de la calle de Julio Palacios (Fuencarral) habían visto movimientos extraños en el piso 2 de la tercera planta y llevaban razón. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron el miércoles al inquilino de esta vivienda, Juan Andrés B. L., de 48 años. El arresto no tiene que ver con el incendio que arrasó 52 viviendas del inmueble, ya que, según la policía, su inicio fue accidental. La detención estuvo motivada por la posesión ilegal de tres armas y una orden de búsqueda y captura que tenía pendiente en la Audiencia de Alicante.

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'Ha explotado el gas o algo así... en mi casa', declaró el inquilino

El incendio se produjo el lunes sobre las 11.39 en el tercer piso. Según comentaron varios vecinos, se oyó una explosión y se iniciaron unas fortísimas llamas que arrasaron la escalera B en pocos minutos. Ésta había sido decorada con papel entelado, moqueta y madera de gran grosor. Como consecuencia de las llamas, 52 viviendas quedaron arrasadas y otras 90 resultaron afectadas por el fuego. Los vecinos comentaron entonces sus sospechas de que en el tercer piso hubiese un laboratorio clandestino de droga.

Los investigadores de la Policía Científica llegados al piso para determinar el origen del incendio se toparon con una gran sorpresa. Nada más entrar, comprobaron que el chispazo originado por una aspiradora había desencadenado la explosión de una bombona de acetileno (gas de alto poder calórico que se usa para cortar y soldar) y de otra de oxígeno. Ambas suelen emplearse de forma conjunta en la conocida como llama oxiacetilénica, que la hacen más potente para trabajar el acero. Los especialistas comprobaron que había restos de la bombona de gas repartidos por el salón, de donde partió el fuego. Una supuesta fuga del recipiente provocó la deflagración.

La sorpresa de los investigadores saltó durante la inspección ocular, ya que los agentes de Policía Científica encontraron varios casquillos y cartuchos percutidos. Los policías alertaron de este hecho al juez y, junto con sus compañeros de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría General de Policía Judicial, registraron el domicilio del detenido.

Tras un lavabo de un cuarto de baño encontraron un agujero en el que Juan Andrés B. L. escondía tres armas de fuego: un revólver calibre 38 especial marca Taurus con cinco cartuchos en su interior; un revólver calibre 32 marca Ruger modelo SP 101 con seis cartuchos dentro, y un rifle Lakefield dotado con mira telescópica modelo 64 B calibre 32. Las tres estaban en perfecto estado de uso, según informó la Dirección General de la Policía. También fueron intervenidos tres cartuchos del calibre 7,65, cuatro inmovilizadores eléctricos y dos grilletes.

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La policía investiga ahora para qué utilizaba el detenido las bombonas de acetileno y oxígeno que tenía en su domicilio. En un principio pensaron que se trataba del combustible utilizado para alimentar una lanza térmica, como la que utilizan los ladrones por el procedimiento del butrón (agujero hecho en suelos, techos o paredes para robar). Sin embargo, esta hipótesis quedó descartada tras comprobar los antecedentes policiales del acusado. La policía también trata de averiguar cuál era el proveedor de las bombonas de acetileno y oxígeno. El detenido fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid, que investiga el caso. Las pesquisas no están cerradas.

Antecedentes

Los investigadores comprobaron además que el inquilino del piso, nacido en Cortes de Baza (Granada) en 1954, tenía un amplio historial delictivo. La primera detención que consta en su ficha policial se produjo en 1979 por falsedad en documento público. En 1985, la policía le arrestó en Alicante por tenencia ilícita de armas y munición. Una nueva estafa le llevó a otro arresto en 1998.

Sin embargo, Juan Andrés B. L. dio supuestamente el golpe más fuerte en 2001 en la provincia de Alicante. Fue arrestado el 13 de febrero de ese año, después de que se inhibieran los juzgados de Elda, Elche y Alicante en favor de la Audiencia Provincial. Para ello utilizó el timo del nazareno, que consiste en ganarse la confianza de los comerciantes, hacerse con sus mercancías sin pagarlas y venderlas a terceros.

La policía le acusó de un delito continuado de estafa y se le incautó una tarjeta de crédito y un carné de identidad falsificados con los que había adquirido vídeos, reproductores de discos compactos, ropa de marca, perfumes y ordenadores, entre otros productos. Todo esto supuso una importante cantidad de dinero defraudada.

El detenido ingresó como preso preventivo en el penal de Foncalent (Alicante) el 13 de febrero de 2001 y salió en libertad con cargos el 4 de abril de ese mismo año.

Desde entonces, la policía había perdido su pista. Fue el incendio del pasado lunes el que permitió su localización y detención. Según comentaron los vecinos, el detenido vivía en la calle de Julio Palacios desde hacía unos siete años. Primero residió de alquiler en la vivienda de la dueña del piso que arrendó, en el portal 26. Después se trasladó a su actual piso, en la tercera planta del número 24. 'No paraba de presumir. Nada más llegar aquí dijo a todo el mundo que era el sobrino de la dueña de la vivienda, aunque luego supimos que no tenía ninguna relación con ella', explicó un vecino.

En la primera reunión de vecinos, Juan Andrés B. L. dijo que era un especialista en temas de seguridad. Sus vecinos no le dieron más importancia. Meses después cambió la versión y dijo que tenía varios camiones con los que se ganaba la vida. Lo último que ha ido diciendo en su urbanización es que vivía de las rentas de las fincas que tenía en sitios tan dispares como Santander o Alicante. 'No le hacíamos mucho caso, porque es una persona muy tosca, de modales muy rudos. No tiene el estilo de la gente que vive aquí. No sabía ni vestir y presumía como un nuevo rico que no sabe lo que hacer con el dinero. Es un pedante', añadió otro vecino.

El detenido convive con una mujer colombiana desde hace años. El año pasado tuvieron un hijo. 'Solía pasar largas temporadas fuera de la casa, y no lo veíamos. Además, como casi siempre salía de la casa en coche desde el garaje, no tenía relación con el resto de la gente', señaló un vecino. Su baja estatura y su complexión no pasaban inadvertidas, según algunos vecinos del número 24 de la calle de Julio Palacios.

La detención de Juan Andrés B. L. fue la comidilla en los portales afectados por el incendio. Ayer formaban corrillos en la entrada del jardín y comentaban lo que les había parecido raro desde un principio. Algunos no lograban identificar al arrestado, mientras otros recordaban situaciones que les habían ocurrido con él. El presidente de la comunidad de vecinos adelantó que ésta analizará en breve si se presenta como acusación particular en la instrucción del incendio.

Mientras, los obreros no dejaban de sacar escombros y los peritos comprobaban el estado en el que quedaron los pisos. Algunos vecinos señalaron ayer que la reparación de las viviendas más afectadas durará un año. El coste inicial de la reforma se ha fijado en unos cinco millones de euros. El trasiego de maletas y de vecinos era imparable durante toda la tarde. Los afectados entraban con bolsas de viaje en las que metían los pocos enseres que se salvaron del fuego. La mayoría se ha trasladado a segundas residencias o con familiares.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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