Ricardo Calvo, historiador del ajedrez
El alcoyano Ricardo Calvo, de 58 años, eminente historiador del ajedrez, falleció el jueves en Madrid. Su muerte, debida a un cáncer de esófago, es sin duda prematura, y no tanto por su edad como por lo mucho que aún le quedaba por hacer y aportar. Hombre de impresionante cultura, políglota, logró como jugador de ajedrez la categoría de maestro internacional, a pesar de que ejercía entonces la profesión de médico, primero en Múnich y luego en España; y disputó cinco olimpiadas de ajedrez con la selección española. Rebelde con causa, luchó siempre contra la zafiedad y la dictadura, tan abundantes entre los gerifaltes del deporte mental. En 1987, la Federación Internacional (FIDE) le declaró persona no grata por publicar un secreto a voces: la corrupción de algunos directivos de América Latina -y de otras procedencias-, que votaban a quien les pagaba los billetes de avión y el hotel.
Brilló aún más como historiador. Suyas son las principales investigaciones para demostrar que el ajedrez moderno (con las reglas actuales) nació en Valencia hace poco más de 500 años. También glosó como nadie la entrada del ajedrez en Europa a través de la invasión musulmana de España, en el siglo IX. El sueño de su vida era publicar una enciclopedia histórica del ajedrez. Una editorial se ha comprometido a hacerlo en 2003, gracias a lo mucho que Ricardo y su esposa, Carmen, escribieron a marchas forzadas mientras el cáncer galopaba. Pero él, que presumía de la tópica moral de los alcoyanos, no lo verá.-
Sobre la firma

Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).