Safari fotográfico mortal
Al igual que los protagonistas de películas como El sexto sentido o Los otros, Miku, la estrella de Project Zero, es capaz de ver deambular los espíritus de los finados en condiciones extrañas. Tecmo toma este argumento para crear este juego de terror y, a pesar de ello, consigue ser original. Bebiendo directamente del genial Hitchcock, la historia se desarrolla en un escenario pequeño y con pocos personajes. El homenaje hacia las primeras películas de suspense y terror se hace patente con el prólogo jugable que introduce al usuario en la trama, desarrollada en blanco y negro. El diseñador del juego dejó atrás las típicas armas como escopetas recortadas, hachas y revólveres y las reemplazó por una cámara de fotos. Con ella la protagonista captura a los espectros que intentan atacarla. Así consigue un tipo de terror más mental que visual escapando de las imágenes sangrientas que caracterizan a otros títulos.
Project Zero
Desarrolla: Tecmo Distribuye: Virgin Plataforma: PlayStation 2 Género: Acción Recomendado: Mayores de 15 años Precio: 50 euros Internet: www.tecmo.com
Miku llega a la mansión Himuro en busca de su hermano, desaparecido desde hace dos semanas. Mafuyu había ido a la mansión para encontrarse con un famoso investigador que buscaba pistas para su libro sobre la casa maldita. La protagonista y el jugador deberán sobreponerse al miedo y entrar en plena noche arropados por la luz de una linterna. Después encontrarán la cámara de su hermano con la que empezar a capturar fantasmas. La cámara permite observar, a través de su objetivo, las fuentes de energía paranormal. Si las fotografía, Miku encuentra pistas o puertas ocultas que le ayudarán a seguir avanzando en la terrorífica aventura.
Cuanto más cerca y centrados estén en la foto, más daño les infligirá. Los gráficos están realizados en 3D y hacen buen uso de luces y sombras. Buena muestra son las proyectadas por los objetos al enfocarlos con la linterna. La aparición de los espíritus va precedida de una deformación de la imagen y de sonidos estremecedores. La atmósfera que se respira en la mansión es asfixiante gracias a la buena combinación de música, efectos sonoros, visuales y sensoriales mediante la vibración del mando de control. La colocación de las cámaras permite ver fugaces apariciones de los espectros acompañados del golpe musical capaz de sobresaltar al más tranquilo.
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