Bush desprecia la oferta de Irak e insiste en que la ONU debe actuar

La iniciativa de Irak de aceptar, teóricamente sin condiciones, el regreso de los inspectores de Naciones Unidas que salieron hace cuatro años del país abrió ayer notables diferencias entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Mientras Estados Unidos y el Reino Unido insisten en que hace falta aprobar una nueva resolución y mantener la presión sobre Sadam Husein, Rusia y Francia, y con menos énfasis China, consideran que Bagdad cumple ya con las exigencias de la comunidad internacional. 'Hemos conseguido evitar una guerra', dijo, eufórico, el ministro ruso de Exteriores, Ígor Ivanov, atribuyéndose implícitamente la paternidad de la iniciativa. El ministro de Exteriores francés, Dominique de Villepin, dijo: 'Ahora debemos enviar a los inspectores y exigir a Sadam Husein que cumpla su palabra. Todo debería desarrollarse muy rápidamente'.

En Washington se desconfía del plan: 'Ya hemos visto antes ese juego', dijo el secretario de Estado, Colin Powell. Para Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, 'el Gobierno iraquí sólo trata de ganar tiempo. Si la palabra de Sadam Husein tuviera alguna credibilidad, haría ya mucho tiempo que habría renunciado a sus armas de destrucción masiva'. Lo que EE UU defiende ahora es una nueva resolución del Consejo de Seguridad en la que se incluyan las 16 resoluciones incumplidas por Irak, la plena libertad para los inspectores y las consecuencias bélicas a que debería hacer frente SadaÏm Husein en caso de nuevo incumplimiento.