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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Cámping

El sábado 17 de agosto, visité, sin acampar, el cámping de la localidad gaditana de El Bosque La Torrecilla. Con el cartel de 'completo' en la puerta, eso sí, el grado de densidad, por no decir hacinamiento, de las tiendas era tal que hasta en un pequeño estanque de arena, de esos que se instalan para juegos de los niños chicos, había montadas tres tiendas en forzoso amor y compañía. No sería quizá la cosa para escribir esta carta si no fuera porque el pasado mes de julio visité, esta vez sí acampando una noche, el cámping La Fontanilla de Mazagón y allí, amén de colocar la caravana que llevábamos en un lugar que nos ofrecieron por si nos podíamos apañar con él, mínimo pero, eso sí, cobrado religiosamente, la densidad de campistas era tal que las colas para las duchas a media tarde rondaban las quince personas esperando. No todo es igual, no. A primeros de agosto fuimos al cámping Sierra de Aracena y estuvimos estupendamente. Reconociendo, pues, que hay de todo, me animo a escribir esta carta para: 1) Reclamar un mayor control de las autoridades correspondientes sobre estas instalaciones. 2) Hacer un llamamiento a los dueños de las mismas para pedirles más consideración y responsabilidad en la gestión de su negocio. 3) Hacer otro llamamiento a los campistas para que no permitan que se nos trate de cualquier manera y pongan más alto el listón de sus exigencias. No pretendo ya reivindicar que el campismo no es sólo un turismo más barato, que indudablemente lo es, sino también una forma distinta de viajar, de vivir al aire libre y de convivir con los vecinos, que todavía se puede practicar en los cámpings que no han olvidado estos principios, menos propicios para 'hacer el agosto', claro, y nunca mejor dicho. No, no pretendo tanto. Pretendo sólo que se den en ellos las condiciones mínimas, en cuanto a espacios, servicios, limpieza... (que seguro que están recogidas en las normas, pero que hay que hacer cumplir) para poder disfrutarlos dignamente y que son las propias de un país desarrollado, integrado en Europa, y en el que determinadas situaciones deben ser inadmisibles y, por qué no decirlo, vergonzosas.

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