"Boxeo porque me gusta"

A sus 26 años prepara una Carmen dirigida por Vicente Aranda y cree -su entusiasmo le hace creerlo en cada rodaje- que es el papel de su vida. Se confiesa muy, pero que muy llorona -'con la tele, con una canción o una palabra bonita'-, pasional, entregada y amiga de sus amigos. Dice que reunirse con ellos es su principal diversión.

Pregunta. ¿Usted es la Carmen de España, que no la de Mérimée?

Respuesta. Yo no sé si soy la de España, la de Mérimée o la mía propia, porque intento hacer una Carmen que no se haya visto.

P. En cualquier caso, es usted una Carmen de rebote. ¿Penélope Cruz se puso demasiado estupenda?

R. No voy a entrar en ese juego. Hay veces que un director baraja muchas posibilidades y al final decide. A mí me han ofrecido muchísimos guiones y he dicho a todos que no.

P. ¿Qué le hace rechazar un guión?

R. La historia. Si el guión me enamora, continúo investigando y voy a tope.

P. Dice que no hará una Carmen folclórica, ni andaluza ni pizpireta. ¿Qué va a ser, baturra y monja?

R. Monja no tiene que ver con pizpireta. Puede ser sensual y tener todo el temperamento y toda la fuerza sin necesidad de ser folclórica. Quiero impregnarla de un espíritu castellano.

P. 'Soy dura y calculadora cuando tengo que serlo'. ¿Qué le hace ponerse así?

R. Un desengaño, que te defraude un amigo, una injusticia.

P. Llamarse Paz Campos Trigo, ¿no es todo un canto a la naturaleza?

R. Pues sí. Y mi cuarto apellido es Vega; o sea, que yo soy de campo y tengo mucho de silvestre.

P. Ha dicho que su sueño es rodar con Berlanga. ¿Y él ni caso?

R. Es mi ídolo. Es como el Billy Wilder español. Le conocí en la radio y me dijo que si él colaborara en algo, me recomendaría. Es una pena que esté retirado ya.

P. ¿Lo de sus clases de boxeo es para abrirse paso en el mundo del cine?

R. No. En el cine no hay que dar puñetazos para entrar, ni mucho menos. Además, yo no soy nada guerrera. Boxeo porque me gusta, porque mi chico sabe boxear.

P. ¿Qué tiene de actriz de moda?

R. Nada, ni quiero tenerlo, porque yo quiero vivir de esto toda la vida.

P. Lucía y el sexo, de Medem, y El otro lado de la cama, de Martínez Lázaro, ¿han sido dos pilares en su carrera?

R. Para mí el gran cambio fue Lucía, porque era la primera vez que me enfrentaba a un guión de esas características. Carmen me va a dar la posibilidad de hacer algo grande, un personaje de composición, que es lo que a una actriz le pone.

P. ¿Con Lucía pasó de estrechita a remangada?

R. Yo soy la misma. El problema es cómo me ven los demás. Un desnudo, si es necesario, hay que hacerlo metiéndote en la escena. Cuando vi el guión me volqué. Sabía que era la oportunidad de mi vida.

P. ¿Y lo que contaba de que acababa yendo al rodaje sin bragas, para ahorrar tiempo?

R. Eso es una broma un poco exagerada. Llegabas allí y, si había que hacer un desnudo, tenías que quitarte sujetador y braguitas para que no te quedaran marcas. Te ponías un albornoz.

P. Volviendo a Carmen. ¿No se le pone muy difícil irse con el torero, siendo el cabo Don José ese pedazo de Leonardo Sbaraglia?

R. Bueno, pero es que Carmen, si se enamora de alguien de verdad, es de Don José. Es amante del torero porque la mantiene.

P. Dicen que se come usted por los pies a su reciente marido. ¿Incluso después de rodar con Eduardo Noriega?

R. Claaaro. Y después de rodar, con quien se ponga delante. Con Brad Pitt.

P. 'Le doy mucho al cante en casa porque me pone las pilas'. ¿Con qué se realiza?

R. Pues, por ejemplo, con algo español, como Luz Casal.

P. Cero copla.

R. Huy, no soy nada coplera. Yo soy cero folclórica. Mi hermana, que es bailaora, sí. Pero yo soy como muy alemana.

P. Me lo pone usted peor: ¿una Carmen guiri?

R. No, no, no. A ver si lo lee Vicente [Aranda] y me va a matar. Es una Carmen fuera de los tópicos.

P. ¿ Qué tendrá de Paz Vega?

R. Creo que le voy a poner mi naturalidad.

P. ¿Cuántos desmayos le costó a su padre el atuendo que llevó usted a los Premios Goya?

R. A mi madre le pareció que estaba monísima. Ella fue la que me tapó con la mano. Si ya me había visto todo el mundo en Lucía...

P. ¿Qué le falta?

R. Tengo muchas cosas que hacer todavía. Me falta un hijo. Pero llegará también. Todo tiene que llevar su tiempo.