Homenaje a Bernaola
Los dos programas de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, con su titular, Juanjo Mena, han tenido un vértice emocional en el homenaje rendido a Carmelo Bernaola, muerto recientemente, a través de una de sus más hermosas partituras: Clamores y secuencias, para violonchelo y orquesta, escrita en 1999.
Ninguna otra invención del músico de Ochandiano que esta suerte de 'diálogo con la muerte', que Carmelo acaso divisaba ya en lontananza, por belleza, elevación y palpitación humana. A partir del doblar de las campanas a difuntos -el tradicional clamor- y de una breve cita gregoriana, Bernaola nos abre, como nunca, su intimidad poblada de vivencias con una intensidad que hace pensar en los Tientos, de Antonio de Cabezón, o los Responsorios, de Victoria, trasladados a nuestro tiempo.
Voz y alma de la partitura es el violonchelo solista y en manos del bilbaíno Asier Polo, uno de los grandes en la historia española del grave instrumento con la que se identificó radicalmente el director Mena, conmovió a la audiencia, entre la que figuraba María del Carmen Ruiz, la viuda de Bernaola.
Tono y calidad de homena- je alcanzó el rendido en 1929 por Jesús Arambarri (Bilbao, 1902-1960) a Juan Carlos de Gortázar, piedra fundamental de la rica cultura musical vas-ca. No menos significativa re-sultó la presencia en programa del Concierto breve, de Xavier Montsalvatge, en una versión clara y jugosa del galardonado pianista cubano Leonel Morales. Y, repetidamente, fue recordado el gran Jesús Guridi tras la escucha de una magnífica versión de Diez melodías vascas, para orquesta, el intermedio de El caserío y la espatadanza de la ópera Amaya, dadas como propinas.
La Orquesta Sinfónica de Bilbao vive actualmente una etapa ascensional y mostró muchas de sus posibilidades tanto en esas obras de hoy o de ayer mismo como en dos grandes títulos de repertorio: las cuartas sinfonías de Brahms y Chaikovski entendidas por Juan José Mena con imaginación, sobriedad y espléndida arquitectura. Y es que Mena es ya un valor seguro y en alza de la dirección, además de un músico nato y completo.
